El gerente de una fábrica y dos administradores que actuaban como directores de la misma se enfrentan a penas que suman siete años de prisión acusados de un delito contra el derecho de los trabajadores y por otro de lesiones por imprudencia.
Los hechos se remontan al año 2010 cuando un operario con ocho meses de antigüedad en la empresa que procedía a rellenar una máquina de cemento tropezó con una baldosa quedándole el brazo dentro de la cadena de producción y en contacto con las poleas que le amputaron un brazo.
El Ministerio Fiscal recoge en su calificación provisional de los hechos que, además, el trabajador no había recibido formación, ni información específica de la máquina ni sobre el riesgo que produjo estos hechos, además la máquina carecía de marcado CE.
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