Los cuerpos sin vida de los dos jóvenes Marcos Toribio Carreci, de 19 años, y José Alonso González, de 25, que quedaron sepultados el martes a consecuencia del derrumbamiento del pozo en el que trabajaban en la localidad salmantina de Villaverde de la Guareña, fueron recuperados hacia las 12.00 horas de ayer tras más de veinte horas de trabajos que se vieron dificultados por las lluvias y la gran cantidad de lodo y agua acumulados.
Fuentes de los bomberos apuntaron a las fuertes lluvias caídas durante la jornada del lunes como posible cauda de la tragedia.
Sobre las 12.15 horas, los bomberos consiguieron sacar al exterior los cadáveres con la ayuda de una grúa de gran tonelaje que soportó el peso de un contenedor de obras, con el que bajaron al interior varios voluntarios y subieron a las víctimas. Todo ello, después de haber achicado miles de litros de agua del interior del pozo y en presencia de numerosos vecinos de Cantalpino, que colaboraron en el rescate.
Los cadáveres fueron trasladados a mediodía a la capital salmantina, donde se les practicó la autopsia, y a última hora de la tarde se instaló la capilla ardiente en el Ayuntamiento de Cantalpino, donde serán enterrados a las 12.30 horas de hoy.
Luto oficial
Cantalpino se ha visto conmocionado por la muerte de dos jóvenes en las labores de construcción de un pozo, un trágico suceso que desde primeras horas de la tarde del martes mantiene inmersos en un profundo dolor a los vecinos de este pueblo de 1.200 habitantes, en el que se han decretado dos días de luto oficial y donde las banderas ondean a media asta con crespones negros desde ayer. El alcalde, Lorenzo Martín, recordó que otros dos vecinos de la localidad perecieron en circunstancias similares hace dos años en Peñaranda de Bracamonte.
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