Uno de cada diez trabajadores fumadores dejará de hacerlo gracias a la nueva ley antitabaco que prohibirá fumar en los centros laborales. La entrada en vigor de la normativa el próximo día 1 de enero beneficiará a unos 400.000 aragoneses no fumadores que verán sus puestos de trabajo libres de humo.
Así lo manifestaron ayer el presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), Rodrigo Córdoba, y la profesora Isabel Nerín, directora de la Unidad de Tabaquismo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza, con motivo de la celebración de la jornada El tabaco en las empresas: legislación y posibles formas de actuación.
Según informó el presidente de la CNPT, las nuevas restricciones no beneficiarán sólo a los empleados sino que las propias empresas verán aumentar su productividad, ya que disminuirán los costes en mantenimiento y seguros, tendrán “menos riesgo de incendios” y un “mejor clima” laboral. “La experiencia en el resto de países que han aplicado una legislación parecida nos indica que en ninguno de ellos ha habido pérdidas”, indicó. Córdoba puntualizó que el sector hostelero tampoco se ha visto perjudicado al no registrarse una reducción de los puestos de trabajo “ni una disminución del turismo”.
Para Nerín, el anuncio de la nueva normativa antitabaco ya empieza a tener su efecto entre la población, pues ha originado que algunas personas se hayan decidido a abandonar el hábito. No obstante, el aumento de la demanda en la terapia de la Unidad de Tabaquismo de la Facultad de Medicina que ella misma coordina no hace sino constatar este hecho. “A lo largo de este año hemos notado un incremento considerable de peticiones. De hecho ahora mismo tenemos una lista de espera de tres meses, aunque era de esperar porque la gente ve que lo va a tener mucho más complicado para fumar y prefiere dejarlo”, apuntó. Asimismo, la coordinadora de la Unidad destacó “el alto número” de empresas que han mostrado interés en las terapias.
Tanto Nerín como Córdoba consideraron que la ley antitabaco “no es demasiado restrictiva”, ya que “está reconocido” por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Trabajo (OMT) que el aire contaminado por el humo del tabaco es un agente cancerígeno que causa en “enfermedades mortales”.
En opinión de Córdoba, el espíritu de la normativa, ahora en trámite parlamentario, no es otro que proteger los derechos de los no fumadores, por lo que los responsables de las empresas deben ser los que hagan que se cumpla la legislación.
Aunque el riesgo cero no existe, el presidente del CNPT agregó que si una norma promulgada en 2005 no prohibiera fumar en todo el centro “nacería vieja”, al tiempo que subrayó que los lugares de trabajo con salas especiales para los fumadores no protegen totalmente a los que no tienen el hábito, ya que según los diferentes estudios en estos casos puede darse un cáncer laboral por cada 1.000 a 10.000 trabajadores.
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