Las bajas debidas al síndrome del profesional quemado, los problemas de voz y las enfermedades músculo-esqueléticas aumentan en la comarca de Pontevedra entre el personal docente, según datos del Sindicato de Traballadores do Ensino en Galicia (STEG). Coincidiendo con el inicio del curso escolar, esta central pone en una campaña para reclamar que las citadas dolencias sean reconocidas como enfermedades profesionales y se mejoren las prestaciones a los profesores.
El síndrome del profesional quemado supuso un 2,6% de las bajas totales en todo el estado y un 1,4% de las bajas circunstanciales (aquellas que no superan los tres días) durante el año 1997.
En el curso 1999-2000 estas cifras se incrementan hasta un 5% de bajas circunstanciales durante el primer trimestre y más del 10% en el tercero.
Por lo que respecta a Galicia, de 49.000 docentes de Primaria, Secundaria y Universidad, al menos 8.000 han solicitado alguna vez baja laboral por este síndrome relacionado con el estrés.
Estos datos son extrapolables a la comarca de Pontevedra, en donde un 18% de las bajas registradas este mismo año son atribuidas a la fatiga laboral.
En este tipo de dolencias influyen diferentes factores, si bien se entiende que básicamente existe una desproporción entre las demandas que la sociedad exige a los profesores y la falta de recursos materiales y humanos para hacer frente a las exigencias.
Falta de reconocimiento social
La falta de reconocimiento social de sus tareas, la ausencia de responsabilidad colectiva y la intensificación de los ritmos de trabajo son otros de los elementos que actúan para que se desencadene el síndrome.
A pesar del elevado número de casos relacionados con la fatiga laboral, en la provincia de Pontevedra son las especialidades de Obstetricia y Ginecología las que acumulan más bajas (ya que en este apartado se incluyen las de maternidad), seguidas, por este orden, de las de traumatología, neurología y psiquiatría y otorrinolaringología.
Un país “sin” enfermedades profesionales
El estado español se sitúa en los primeros puestos de la UE en las estadísticas de siniestralidad laboral. No obstante, la incidencia de enfermedades profesionales es muy baja, un hecho que los sindicatos atribuyen a que la normativa vigente es obsoleta y no reconoce el conjunto de las dolencias causadas por el trabajo.
“Estas enfermidades aparecen moitas veces confundidas entre as enfermidades comúns”, indican los representantes del STEG, “este encubrimento proxecta unha imaxe sen risco algún para a saúde sobre moitos sectores do mundo laboral, entre eles o do ensino”.
Apoyo de los claustros
A fin de que se reconozcan las enfermedades profesionales al menos en el campo de la enseñanza, el STEG pedirá a todos los claustros que se sumen a su reivindicación antes del día 31 del próximo mes de diciembre.
La central sindical presentará las actas de los claustros ante las consellerías de Sanidade, Traballo y Educación y Ordenación Universitaria. También elevará la petición al Ministerio de Educación.
Los portavoces del STEG indican que conseguir el reconocimiento de enfermedades profesionales para el citado síndrome, los problemas de la voz y las enfermedades músculo esquelética supondría importantes mejoras de las prestaciones como la posibilidad de un periodo de observación para estudios y diagnóstico.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
