El fiscal solicita tres años de cárcel para cada uno de los tres responsables de una empresa de Barberá del Vallés (Barcelona) dedicada a la fabricación y al almacenaje de productos químicos por el desplome de un tanque con productos “altamente tóxicos, ácidos y corrosivos”.
El ministerio público acusa a la propietaria y gerente de la empresa Dequitec S.A., Adela L.O., al director de producción, Andreu A., y al encargado, Rafael H.H., de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente por imprudencia grave.
Por este delito, el fiscal solicita provisionalmente una condena de 3 años de cárcel y una multa de 32.400 euros para cada uno de los imputados así como un año y siete meses de inhabilitación especial.
Asimismo, el ministerio público pide la clausura de la empresa Dequitec S.A. por un periodo de tres años.
Según el relato fiscal, los acusados instalaron en la empresa un depósito blanco de grandes dimensiones y con una capacidad de 25.000 litros en el que “almacenaban de forma ilegal y sin medida de precaución ni seguridad alguna” productos “altamente tóxicos, ácidos y corrosivos” como “ácido sulfúrico y ácido nítrico”.
Más de 15.000 litros de ácido
Días antes del accidente, los acusados almacenaron en el tanque más de 15.000 litros de ácido sulfúrico y nítrico y la mañana del 8 de mayo de 2001, añadieron al depósito un tercer ingrediente, ácido fosfórico, que provocó en pocos minutos una “virulenta reacción química”, que causó el desplome del mismo, señala el fiscal.
Como el tanque carecía de tapadera y de base, y de cualquier medida de seguridad –señala el fiscal–, provocó el vertido de entre 15.000 y 25.000 litros de una mezcla de ácidos altamente corrosiva, que “tras desparramarse” por el patio de la industria, a través del terreno y de diversas arquetas de recogida de aguas pluviales recorrió unos 200 metros de terreno quemando toda la vegetación a su paso, impregnando el suelo y contaminando un torrente cercano.
El dictamen del Instituto Nacional de Toxicología confirmó la “destrucción por quema de la vegetación de los alrededores dela empresa, afectando gravemente a un torrente afluente del río Ripoll, creando un grave riesgo para su ecosistema”.
Según dicho informe, “si no hubieran actuado a tiempo los servicios de emergencias, se habría causado la muerte de todos los organismos vivos y la afectación de las aguas superficiales y subterráneas de su cuenca”.
Juicio
Durante el juicio, que comenzó hoy en la Sección Tercera de la Audiencia de Barcelona, los acusados reconocieron los hechos aunque los atribuyeron a un “accidente fortuito”.
La acusada, Adela L.O., propietaria de la empresa explicó al tribunal que el derrame del depósito fue “un accidente, que no se podía prever” y aseguró que “cumplían la normativa sobre seguridad”.
Por su parte, el acusado Rafael H.H., encargado de las instalaciones aseguró que tras el accidente “actuó según lo que establecía el protocolo de seguridad” y “cumplió con todas las exigencias impuestas por al Junta de Saneamiento de la Generalitat”. El juicio se reanudará mañana con la declaración de los peritos que examinaron la zona tras el accidente.
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