Un incendio originado en la mañana de ayer en el cuarto piso de un inmueble del número nueve de una urbanización de As Lagoas, situada al lado de la escultura del afilador, obligó a proceder a la evacuación del edificio y mostró una vez más las inexistentes medidas de prevención y barreras arquitectónicas que tienen que salvar los camiones de bomberos para ejercer su labor.
Cuatro vehículos, entre ellos el coche escalera, del cuerpo de bomberos de Ourense se desplazaron en torno a las 10 horas de ayer hasta el edificio situado en una urbanización cerrada. Allí, coordinados por el jefe de servicio y el propio jefe del cuerpo Aurelio Gálvez, consiguieron reducir las llamas con prontitud, lo que unido a la rapidez con la que los vecinos abandonaron el inmueble, evitó las víctimas.
Sin embargo algunos de los operarios del servicio de bomberos participantes en la extinción, lamentaron que una vez más la falta de accesos adecuados impidió la entrada de los camiones.
Se trata de una urbanización privada, cercada por un muro cuya entrada de vehículos es lo suficientemente estrecha como para impedir la entrada de los camiones de extinción.
“Por suerte no había personas atrapadas en el interior de los pisos, dado que en caso contrario nos hubiera sido imposible desplegar la escalera, y llegar hasta las ventanas para evacuar posibles heridos”, advertía uno de los bomberos que participó en las labores de extinción del incendio.
La familia que se encontraba en el interior del inmueble cuando se descubrieron las llamas ya había abandonado la casa, así como el resto de los vecinos.
Las primeras hipótesis hablaban de la posible explosión de una bombona como causa del siniestro, pero el jefe de bomberos Aurelio Gálvez lo desmintió.
Según vecinos de la finca pudo tratarse de una colilla mal apagada, que prendió fuego en un dormitorio y acabó propagándose a toda la habitación.
La normativa de seguridad es estricta, pero no se cumple
La impotencia del cuerpo de bomberos, que se encontró ayer con una barrera arquitectónica que le impedía acceder con sus vehículos hasta la proximidad del inmueble incendiado de As Lagoas, no es nueva para los miembros de este cuerpo local.
Una unidad de este servicio local se encontró con un problema similar hace unas semanas, cuando tras recibir una llamada de urgencia alertando de un incendio en Cabeza de Vaca, se encontró con que sus vehículos de extinción no podían franquear las estrechas calles de la zona y alcanzar el lugar del siniestro.
“Hay una normativa estricta, que exige que todas la urbanizaciones o edificios, respeten unas condiciones de seguridad que incluyen salidas de emergencia en caso de tratarse de locales públicos, o entradas amplias para facilitar el paso de los camiones, sin embargo no se cumple”, señalaba ayer un bombero.
Afirman que hay centenares de viviendas y locales públicos en la ciudad situados en lugares de difícil acceso, y esa situación no sólo pone en juego la vida de los residentes en caso de siniestros como el de ayer, sino que aumenta el riesgo para los propios bomberos.
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