Mujeres y jóvenes son los colectivos sociales más afectados por el acoso psicológico en el trabajo, sobre todo porque el mobbing está ligado estrechamente con la precariedad laboral, según señalaron hoy varios expertos en Palma en la inauguración de las Jornadas de Educación Social sobre Mobbing, que afecta un 18 por ciento más a las mujeres que a los hombres.
En este sentido, alertaron de que estas situaciones de acoso psicológico en el trabajo aumentarán en los próximos años por el incremento de los contratos en precario, según ya ha advertido la Organización Internacional del Trabajo (OIT), por lo que es necesario empezar a prestar atención a este problema para evitar que se incrementen los casos en el futuro.
Durante la inauguración, el director Insular de Juventud del Consell de Mallorca, Jaume Albertí, puso como ejemplo el caso de los jóvenes que, en su primer trabajo, “suelen ser fustigados por trabajadores de más edad que los ven como una amenaza”.
Albertí recordó que actualmente el 81 por ciento de jóvenes menores de 18 años y el 65 por ciento de los menores de 25 años tienen contratos temporales. Aunque no hay estadísticas sobre la incidencia del mobbing en las Baleares, aseguró que hay “centenares de afectados” ya que cada mes acuden entre 60 y 70 personas a solicitar información a la Asociación No al Acoso Moral en el Trabajo en las Islas Baleares (ANAMIB).
La psicóloga y fundadora de ANAMIB, Sílvia Weinbaum, apuntó por su parte que las víctimas de mobbing tardan en tomar en conciencia de su situación. “La persona que sufre este acoso cree que está solo y que tiene la culpa, no sabe explicar lo que le pasa porque se trata de estrategias sutiles, ambiguas y muy difíciles de registrar”, señaló.
“El mobbing funciona como la tortura de la gota que va cayendo poco a poco” añadió Weinbaum. Así se somatiza y genera los mismos síntomas del estrés laboral, como taquicardias, ansiedad o problemas gastrointestinales, según explicó el médico y vicepresidente de ANAMIB, Xavier Mesquida.
Las secuelas, en los casos más graves, son similares a lo que pueden sufrir las víctimas de atentados. “Llega un momento que son incapaces de no recordar las situaciones de acoso, están continuamente hablando de lo mismo, desconfían de los demás y pueden llegar a tener síntomas similares a los de una persona esquizofrénica”, afirmó Mesquida, quien lamentó el poco conocimiento de los médicos en este tema, que se limitan a dar solución a los síntomas físicos.
A su vez, el director del Insituto Laboral de las Islas Baleares (ISLIB), Fernando Villalobos, explicó que el mobbing no es un fenómeno nuevo, pero hasta hace poco se trataba como una enfermedad común. Villalobos criticó que la posición de la Administración Pública es “dubitativa y ambivalente”, y que “no hay criterios de actuación y los últimos aparecidos siembran dudas”.
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