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Un estudio, Violencia en el entorno laboral, refleja que un 11,44% de los trabajadores españoles (1.671.956 personas) se considera víctima de acoso laboral. Terminada la pasada semana, ésta es la primera encuesta monográfica sobre el acoso moral, una actuación por la que un superior aísla al trabajador, sometiéndole a la anulación de su capacidad profesional y al deterioro psicológico. El director de la investigación, elaborada en la Universidad de Alcalá de Henares, Iñaki Piñuel, considera las cifras ‘alarmantes’ y relaciona el resultado con ‘la creciente precarización del empleo’.

La encuesta, respondida por 988 trabajadores de entre 18 y 60 años pertenecientes a un amplio abanico de profesiones públicas y privadas de la Comunidad de Madrid y de distintas categorías laborales, plantea preguntas características del acoso moral en el trabajo -llamado también psicoterror, acoso colectivo o intimidación-, sin desvelar hasta la número 47 que las respuestas afirmativas identifican a su autor como víctima del fenómeno.

A partir de la pregunta 47, y hasta la 74, el cuestionario se desarrolla explícitamente en torno al acoso moral (véase gráfico), un fenómeno que corresponde a los países ricos y que se desarrolla en las empresas públicas y privadas que no pueden o no quieren despedir al trabajador señalado. ‘Las cifras españolas son alarmantes y pueden deberse a la creciente precarización del empleo’, afirma Iñaki Piñuel, especialista en el tema y autor del libro Mobbing: cómo sobrevivir al psicoterror laboral (de próxima aparición en editorial Sal Terrae, de Cantabria).

La investigación considera víctima u hostigado a todo aquel que, entre otras peculiaridades, haya sufrido una o más veces por semana, y durante más de seis meses, comportamientos como negativa de comunicación e información profesionales por parte del jefe, actitud de rechazo de los compañeros, crítica sistemática a su trabajo, maledicencias sobre su vida privada, gritos y amenazas, asignación de trabajos de categoría inferior, atribución de fallos psicológicos y de falsas enfermedades, ridiculización del aspecto físico, asignación de tareas humillantes, aislamiento físico o inactividad prolongada.

Pesada carga
A la pregunta sobre si ‘el acoso laboral es para mí una pesada carga en mi trabajo cotidiano’, un 11,44% responde estar totalmente de acuerdo, lo que representa que al menos 1.671.956 españoles padecen de este mal, sin contar con que a éstos se añade un 6,78% que manifiesta estar ‘más bien de acuerdo’.

Los últimos datos relativos a España fueron los publicados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en diciembre de 2000, a raíz de una encuesta realizada por la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, y cifran los casos españoles en 750.000. Esta encuesta, que estudia a ocho países europeos con 13 millones de casos, señala que hay más mujeres afectadas que hombres y que los sectores más tocados son la Administración pública, seguida de la hostelería. ‘Que más del 10% de una plantilla sienta una pesada carga por la violencia psicológica y que más del 16% confiese que reduce su eficacia supone un gran lastre para la cuenta de resultados de una organización’, afirma el psicólogo del trabajo y director de la encuesta, Iñaki Piñuel.

Piñuel subraya que, en procesos prolongados, muchos de los acosados no llegan a recuperarse totalmente del trauma psicológico provocado por la pérdida de autoestima, amén de una lista de enfermedades psicosomáticas y hasta de casos de suicidio: en Suecia, del 10% al 15% de los suicidios se atribuye a este acoso laboral (mobbing). ‘La víctima de este tipo de acoso huye de contarlo porque se echa a llorar. Graba en su memoria las agresiones y humillaciones y las revive una y otra vez a través de pensamientos, imágenes y emociones, en especial en el momento del sueño, en el que todo lo que se ha reprimido por doloroso cae de nuevo en la esfera de la actividad cognitiva’, explica Piñuel.

Los estudios internacionales describen al agresor como un ‘psicópata, mediocre profesional que no experimenta sentimientos de culpa y funciona por envidias y complejos; en ocasiones actúa amparado por una mala organización de la empresa. El hostigado aparece como persona brillante, trabajadora, honrada y solidaria’.

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El País

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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