Un coronel ha testificado en un Juzgado Central de Madrid contra el oficial del mismo empleo Luis Gómez Armero, proceso por delito de deslealtad en lo que supone el primer caso de “mobbing” denunciado en el Ejército. El testigo afirmó que el coronel Gómez Armero, en el marco de reuniones oficiales con mandos de la Brigada San Marcial, del País Vasco, dijo, en referencia al comandante que le acusa de “mobbing”, que “no se podía ir de rositas” y “que las bajas médicas las hacía pagar”.
El testimonio citado, al que ha tenido acceso Europa Press, recoge que el coronel Gómez Armero, ex jefe del Regimiento Garellano de Munguía (Vizcaya), amenazaba con privar del complemento de destino en el País Vasco a quienes se encontraban más de 30 días contínuos de baja o 45 alternos, independientemente de la relación directa de la enfermedad con el servicio o de motivos excepcionales.
En la reunión oficial con otros mandos, señaló que las bajas médicas “las hacía pagar”, según el testigo, porque era la manera de que el personal se reincorporase al servicio.
En relación al comandante que le acusó más tarde de “mobbing”, que estaba de baja por entonces, el coronel dijo en las reuniones de mandos que “no se podía ir de rositas”. Según el testigo, con esa expresión no sólo se refería a las percepciones económicas, sino a todo en general. Dichas reuniones estuvieron presididas por el general jefe de la Brigada, Fernando Gutiérrez Salguero, cuya declaración en el proceso ha sido solicitada por el coronel Gómez Armero.
Acusado de deslealtad
El comandante, como acusación particular, y la Fiscalía Togada, coinciden en acusar al coronel de un delito de deslealtad, penado con enhtre uno y seis años de prisión, por haber dado supuestamente información falsa en el parte que dió contra el comandante por abandono de destino y también en su declaración ante el juez.
Tras haberse producido su cese administrativo por falta de idoneidad en el desempeño de los cometidos propios de su destino en el Regimiento Garellano, que tiene recurrido a los tribunales, el comandante ha sido destinado, con carácter forzoso, a un puesto de libre designación en una unidad de la Fuerza de Acción Rápida.
Fuentes militares consultadas señalaron que no hay precedentes en el Ejército de Tierra de ceses administraruvos por falta de idoneidad en el desempeño de los cometidos propios de un destino, y sí por insuficiencia de condiciones psicofísicas por enfermedades sobrevenidas, o por sanción por falta grave, lo que no es el caso.
Las mismas fuentes indicaron que al comandante le fue declarada la falta de idoneidad sin que antes se le apreciara nunca insuficiencia, incompetencia ni falta de aptitud alguna para el ejercicio de su cargo, y que, posteriormente, ha sido destinado forzoso a un puesto de mayor responsabilidad y en una unidad más importante.
El coronel Luis Gómez Armero está actualmente destinado en la Dirección de Orgánica y Materiales del Estado Mayor del Ejército de Tierra, en Madrid.
El testigo que ha declarado contra el coronel Gómez Armero en el proceso por deslealtad, fue instructor de un expediente disciplinario por falta grave abierto al comandante, que fue archivado, y que finalizó con una denuncia contra el propio coronel Gómez Armero por excederse arbitrariamente en el ejercicio del mando, “por haber dado un parte infundado del comandante, haber ocultado pruebas y tergiversado hechos al instructor, intuyéndose una presunta persecución que traería causa en hechos anteriores”.
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