El joven Roberto Izquierdo Martín, quien falleció ayer como consecuencia de las heridas que le produjo el ataque una manada de leones en el zoo de Matapozuelos, realizaba una labor que según su madre no le correspondía. «Rober trabajaba allí el año pasado recogiendo papeles, y precisamente me había comentado que ahora le tocaba cuidar a los leones, cuando él no sabía nada de esto, y además lo hacía por un sueldo miserable», comentaba Dori, su madre entre lágrimas.
«Sabía que esto tenía que pasar», insistía su progenitora, mientras mostraba su indignación porque le habían comunicado la muerte de su hijo a las 17.30 horas, cuando había fallecido por la mañana.
Consternación en el barrio
Roberto Martín era el único hijo varón de Dori que tiene otras dos hijas. La familia fue abandonada por su padre hace años.
La consternación en el barrio donde vivía el joven era evidente en la tarde ayer, allí los numerosos vecinos de la víctima se agolpaban en el portal esperando escuchar alguna noticia nueva sobre el suceso, mientras otros comentaban que era un joven alegre y que había perdido la vida de una forma terrible.
Quienes le conocían no podían creer lo ocurrido en las instalaciones de Matapozuelos y se lamentaban por el desagradable acontecimiento que «ha segado la vida de una familia que ya ha sufrido bastante», manifestaban fuentes próximas al entorno del fallecido.
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