Una llamada al Servicio de Emergencia Castilla y León 112 alertaba del accidente de un trabajador en un forjado de una obra en la localidad de El Barco de Ávila, en la vertiente norte de la Sierra de Gredos y a 80 kilómetros al suroeste de la capital abulense.
Un empleado caía desde una altura de unos tres metros y se encontraba inconsciente. «La mala suerte hizo que este joven se diera un golpe en la cabeza y muriera en el lugar del accidente», explicó ayer el alcalde de este municipio de 2.500 habitantes, Agustín González. De hecho, los facultativos de Sacyl sólo pudieron confirmar el fallecimiento de este varón de 28 años, J. A. L. S., natural de la localidad cacereña de Jerte.
Hasta el lugar del suceso también se trasladaron efectivos de la Guardia Civil, así como un equipo médico de El Barco de Ávila.
Tras hablar con el promotor de la obra, el regidor de este municipio aseguró que el accidentado «trabajaba en la subcontrata que se encargaba de los cerramientos de la primera planta» de un bloque de viviendas de tres pisos. De hecho, fue desde este lugar desde donde se cayó en torno a las 14.22 horas.
El joven fallecido trabajaba para una empresa de Jerte, algo habitual en esta zona de la Sierra de Gredos ya que sólo 30 kilómetros separan a esta localidad cacereña de El Barco de Ávila. «Se trasladan a menudo a trabajar a esta comarca abulense», explicó Agustín González, también presidente de la Diputación de Ávila, quien trasladó su pésame a toda la familia ante el primer accidente laboral mortal ocurrido en este municipio abulense.
Por su parte, el sindicato UGT también mostró su «consternación» ante la muerte de este trabajador de 28 años. Su secretario provincial, Luis Sánchez, criticó la precariedad laboral y la falta de formación de los jóvenes, lo que posibilita que estén expuestos a un mayor riesgo de sufrir un accidente laboral.
Durante este año, dos personas han fallecido en su puesto de trabajo en Ávila y más de 20 empleados perdieron la vida en la construcción en la región, lo que sitúa a este sector como el de mayor índice de siniestralidad de la Comunidad. UGT consideró estas cifras «humanamente intolerables, políticamente inaceptables y económicamente insostenibles» y criticó que son fruto de una «total falta de implicación y voluntad de aquellos que tienen que cumplir la normativa».
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