PASCUAL GARCIA PASCUAL GARCIA
Llegó a la Secretaría General de CCOO el pasado mes de mayo. Desde entonces, ha tenido tiempo tanto de pactar como de enfrentarse al Gobierno regional. Por eso, reconoce el esfuerzo de algunas políticas sociales de Alberto Ruiz-Gallardón y denuncia, al tiempo, su «furor privatizador»Javier López, secretario general de CCOO de Madrid, no se muerde la lengua a la hora de denunciar que en Madrid hay empresarios desaprensivos que obtienen beneficios a costa de esclavizar a inmigrantes. Al Gobierno de Ruiz-Gallardón, le da una de cal y otra de arena.- ¿Cómo ve al Gobierno de Ruiz-Gallardón?
– Creo que está en un periodo de indefinición. Parece que su única política definida es poner en marcha el Metrosur, pero, del resto, no sabemos casi nada. Da la impresión que va gobernando a golpes de presión, unas veces de los agentes sociales, otras de otros intereses.
– Sin embargo, desde que usted ocupa la Secretaría General de CCOO de Madrid se han firmado importantes acuerdos con el Ejecutivo regional.
– Es verdad. Hace sólo unos meses hemos firmado con el Gobierno de Gallardón la puesta en marcha del Servicio Público Regional de Empleo, uno de los asuntos más importantes, según CCOO, abordados por el PP desde que está en el Gobierno. También va a ser importante la constitución del Consejo Regional de la Formación Profesional y también lo fue el acuerdo alcanzado respecto al plan de lucha contra la exclusión con el compromiso del Gobierno regional de estudiar una ley de rentas mínimas en el plazo de un año. En el capítulo del haber de la Comunidad hay que apuntar también la defensa que está haciendo ante las instituciones comunitarias del Pacto por la Estabilidad en el Empleo firmado con los sindicatos y recurrido por la patronal de la construcción ante la Unión Europea.
– ¿Y dónde están las discrepancias?
– Por ejemplo, en temas de salud laboral, donde exigimos que se duplique el presupuesto del Instituto de Seguridad y Salud en el Trabajo hasta los 1.600 millones y fortalecer el cuerpo de inspectores. Estamos enfrentados con Gallardón en su política del tarifazo del transporte público, que se sube más de un 8%, o en la política de retribuciones de los funcionarios públicos, con el deterioro salarial y de servicio público que supone.
– La Comunidad también ha emprendido diversos procesos de privatización de servicios que, hasta ahora, eran públicos.
– Este asunto nos preocupa especialmente. Si en algunas políticas, como la creación del Servicio Regional de Empleo o la Ley de Rentas Mínimas el Gobierno de Gallardón va muy por delante del de Aznar, en lo que a protección social se refiere, en el tema de las privatizaciones hay que decir que el furor de Gallardón supera al de Aznar. Y hay muchos ejemplos para confirmarlo. El último, la entrega de la gestión del centro al que irán los jóvenes afectados por la Ley del Menor a la asociación Cicerón, de la que, por cierto, no sabemos nada. Han hecho lo mismo con los servicios de cámara de Telemadrid, con las residencias de la tercera edad, con la política de conciertos con los centros de esneñanza no universitaria. En los presupuestos de Gallardón hay, cada vez, una mayor transferencia de servicios públicos al sector privado, unas veces motivadas por las imposiciones que llegan desde la propia Administración General del Estado, otras, simple y llanamente, por una opción política de transferir recursos públicos hacia sectores económicos determinados o clientelares del Gobierno regional.
– CCOO ha sido especialmente crítica en los últimos años con la política de vivienda de Ruiz-Gallardón.- En Madrid no se cumplen ni los planes estatales de vivienda. En este momento, sólo el 7% de las promociones de vivienda que hay en Madrid tienen alguna protección pública. El resto es todo mercado libre o privado, al que, según es conocido, no puede acceder el 65% de los que demandan vivienda.
– La oposición ha denunciando la situación deendeudamiento en la que el Gobierno de Gallardón está dejando a laComunidad de Madrid.
– A nosotros lo que nos preocupa es que Gallardón sólo se endeude para hacer el Metrosur y no atienda a otras necesidades sociales de los madrileños en materia de sanidad, vivienda, servicios sociales para la tercera edad o planes compensatorios en educación.
– La Comunidad acaba de aprobar también un plan para la inmigración. ¿Cómo cree que se está afrontando este problema?
– Creo que el plan se aprobó con precipitación, ya que se ha realizado partiendo de una situación irreal: se hablaba de un 3% de población inmigrante cuando la realidad es de un 5% en la Comunidad de Madrid. Por lo tanto, las dotaciones presupuestarias son, de principio, insuficientes.
– ¿Situaciones como las que se han conocido a raíz de la muerte de 12 inmigrantes tras un accidente en Murcia se producen también en Madrid?
– Sí, en Madrid se producen situaciones de esclavismo con inmigrantes. Hay una parte muy importante de inmigrantes que no pueden regularizar su situación y que, sin embargo, viven aquí, se supone, que con acceso a algún tipo de recursos que, en muchos casos, vienen de empresarios desaprensivos que utilizan la mano de obra inmigrante para reducir los costes y obtener beneficios a costa de la esclavización de los inmigrantes.
– ¿CCOO tiene noticia de estas situaciones?
– Incluso hemos planteado denuncias de trabajo. Tenemos una asesoría a la población inmigrante a la que nos llegan estos problemas. El drama es que, con la modificación de la Ley de Extranjería, si el sindicato pone estos hechos en manos de las autoridades policiales o judiciales competentes, a lo único que ayuda es a la expulsión del propio inmigrante.
– CCOO ha pedido la dimisión del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui.
– El delegado entró con muy mal pie en Madrid, no sé si porque venía de afrontar problemas muy duros en Navarra. Pero con mal pie en una Comunidad donde la relación con las organizaciones había sido siempre fluida y de buscar el acuerdo, no la confrontación ni la represión al derecho de huelga y manifestación. Tras su llegada se ha apaleado a ciudadanos de la Comunidad de Madrid, motivo por el que solicitamos su cese. En honor a la verdad, hay que reconocer que, desde entonces, hemos notado un cierto cambio.
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