El experto, perteneciente al Centro de Prevenciónde Riesgos Laborales de la Junta de Andalucía, basó su informe técnico en dos aspectos fundamentales: el primero es que debería haberse desconectado la línea de alta tensión que pasaba justo por encima de la nave en al que trabajaba el obrero fallecido. El segundo es que la labor que tenía desempeñada tendría que haberse realizado sobre una plataforma y no con escaleras. Además, el técnico agregó que no vio en la obra elementos de protección individual (arneses) ni tampoco anclajes ni la conocida línea de vida (una cuerda de la que se cuelgan los obreros cuando están en altura y que impide que caigan hasta el suelo). Los hechos juzgados se remontan al 10 de octubre de 2006.
El informe de este perito es la principal prueba de cargo que cuenta la Fiscalía para mantener las acusaciones contra los jefes del montador de toldos fallecido. En Ministerio Público no varió sus conclusiones provisionales y pidió 3 años de carcel para los acusados como autores de un delito contra los derechos de los trabajadores y otro de homicidio por imprudencia grave.
La defensa de los acusados, por su parte, solicitó la libre absolución. El letrado aseguró que los procesados facilitaron a su plantilla todos los elementos de seguridad necesarios y exigidos por la Ley. Además, puso de manifiesto que el trabajador fallecido, recibió, por escrito y de forma verbal, la orden de no subir al tejado de la gasolinera para colocar el toldo.En todo caso, el abogado argumentó que la responsabilidad penal derivada del accidente mortal no corresponde a los acusados, sino a los propietarios de la estación de servicio. El juicio quedó visto para sentencia.
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