El ministerio británico de Defensa indemnizará a una mujer que asegura haber contraído un cáncer por los abrazos que durante años le dio a su padre, que murió de esa enfermedad tras haber estado expuesto al asbesto (variedad impura del amianto muy utilizada en la industria) en su trabajo en un puerto propiedad del Gobierno.
D.B., de Plymouth (suroeste de Inglaterra), padece un mesotelioma, cáncer del tejido del revestimiento torácico que se vincula con la exposición al asbesto.
En un comunicado, el ministerio admite sus responsabilidades y asegura que pretende llegar a un acuerdo apropiado lo antes posible.
La enferma, de 47 años, sostiene que estuvo expuesta al asbesto a través de su ya fallecido padre, quien en los años 60 del pasado Siglo trabajó en los muelles de Devonport, entonces propiedad del ministerio.
Brewer fue diagnosticada de cáncer el pasado mes de noviembre, tres meses después de que su padre, P.N., muriera de cáncer de pulmón a los 68 años.
Los casos de mesotelioma por exposición al asbesto pueden tardar hasta 40 años en desarrollarse, pero una vez aparece la enfermedad el pronóstico de vida suele ser de sólo unos meses.
La afectada se mostró hoy satisfecha de que el Gobierno se haya mostrado dispuesto a compensarla, ya que ello ayudará a subsistir a sus tres hijos, de entre 10 y 20 años.
Paralelamente, un grupo de científicos británicos advirtió hoy de que alrededor de 200.000 personas morirán en los próximos años en el Reino Unido de mesotelioma o cáncer de pulmón por exposición al asbesto.
El grupo de mayor riesgo, precisaron, son los nacidos en los años 40 y que en las décadas de los 60 y 70 trabajaron en el sector de la construcción, como carpinteros, trabajadores portuarios, del metal o electricistas.
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