El Gobierno vasco acaba de lanzar el primer plan renove dirigido específicamente a incentivar las inversiones en maquinaria industrial en las compañías más necesitadas de respaldo público, las de pequeño y mediano tamaño. Cientos de pymes industriales -el límite está fijado en las que tengan 50 trabajadores- se verán beneficiadas por esta iniciativa, cuyo plazo de solicitud se inauguró ayer y estará abierto durante casi 14 meses, hasta finales de 2008.
La Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial (SPRI) gestionará este programa, que contempla la financiación del 20% del desembolso efectuado por las empresas en nueva maquinaria. La cuantía máxima de la subvención no reintegrable ascenderá a 18.000 euros por compañía. La convocatoria está abierta a todas las empresas vascas que cumplan los requisitos, pero siempre que la factoría que albergará la inversión esté situada en territorio de la CAV. Están excluidas las filiales ubicadas en el exterior.
La iniciativa responde a una vieja demanda de los estratos más humildes del tejido productivo vasco, aquejados desde años por el envejecimiento de sus activos de fabricación y la consiguiente pérdida de productividad. Un estudio del Gobierno vasco indica que la antigüedad media de la maquinaria en las pymes supera los diez años.
El proyecto ha visto la luz tras varios meses de estrecha colaboración entre los departamentos de Industria y Trabajo, que han diseñado un programa de ayudas que tiene un objetivo doble. Por una parte, contribuir a la mejora de la competitividad industrial mediante la adquisición de herramientas más eficaces y, por la otra, la adecuación de los equipos a la normativa de seguridad y salud laboral.
prevención al detalle Las condiciones de acceso a las subvenciones tendrán en cuenta esta doble vertiente a la hora de seleccionar a las empresas beneficiarias. Así, el Ejecutivo restringirá las ayudas a aquellas máquinas que acrediten los máximos estándares de seguridad para los operarios que trabajan con ellas. Deberán tener visible la marca CE, el distintivo comunitario que avala su diseño contra accidentes, y serán excluidos los aspirantes que no hayan realizado una evaluación de riesgos laborales.
El Instituto Vasco de Salud y Seguridad Laboral (Osalan) tendrá un papel determinante a la hora de filtrar los expedientes. Sus técnicos se encargarán de auditar los nuevos equipos adquiridos y de comprobar que las empresas candidatas estén al día con sus obligaciones en materia de prevención.
La maquinaria a sustituir deberá tener al menos diez años de antigüedad. Para evitar que sigan circulando de empresa a empresa en el mercado de segunda mano, el Ejecutivo autonómico encargará a la Asociación de Fabricantes de Máquina-Herramienta (AFM) la tarea de reducir los activos viejos a chatarra. Las bases de la convocatoria dejan claro que estas máquinas no podrán reutilizarse, ni siquiera parcialmente, en otras labores en la misma fábrica o en otro centro.
Los departamentos que dirigen Ana Aguirre y Joseba Azkarraga esperan una respuesta masiva a este plan renove, a la altura de la acogida que recibieron los recientes planes lanzados por el Ejecutivo en el área de electrodomésticos y en el de calderas de gas.
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