J.C.S.N., vecino de Arteixo y de 36 años, presentaba quemaduras en el 95 por ciento de su cuerpo y, según los partes médicos, su estado era de “extrema gravedad”. Junto a su compañero, J.L.S.S, de 32 años, con quemaduras del 70 por ciento en su cuerpo y que se encuentra estable, aunque “muy grave”, permanecía ingresado desde el día del accidente en la Unidad de Quemados del Chuac, donde falleció ayer por la tarde, a las 17.45 horas.
Los dos operarios, empleados por una empresa subcontratada por la refinería, trabajaban como soldadores y se encontraban realizando labores de mantenimiento en la planta de coque en la que se produjo la deflagración por causas que todavía están siendo investigadas.
La semana pasada los delegados de prevención del comité de empresa abandonaron la comisión de investigación creada conjuntamente con la dirección de la empresa, ante la intención de la refinería, según sus denuncias, de reabrir la planta en la que se produjo el siniestro.
Los representantes sindicales pidieron a Inspección de Traballo la suspensión cautelar de esta medida y, finalmente, la planta no se reabrió la semana pasada, aunque fuentes de la compañía lo atribuyeron a una decisión de la propia dirección y no a un requerimiento de la Inspección de Traballo.
Por el momento, no se han hecho públicas las causas del accidente, sobre el que el comité de empresa ha iniciado una investigación de forma paralela a la comisión abierta por la empresa tras su decisión de abandonar la misma.
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