Dos sindicalistas del Ayuntamiento de Cádiz declararon ayer como imputados en el Juzgado de Puerto Real por presunta agresión a una compañera, Rosario Carrero. En su primera denuncia, la mujer, presidenta de la Junta de Personal del Consistorio, acusó al delegado de CC OO, Juan A.P., y al secretario de Autonomía Obrera, Manuel G.B., de entrar el 23 de enero en su domicilio y propinarle una brutal paliza, mientras escribían amenazas e insultos en los espejos con un pintalabios. Esta misma semana, la víctima ha revelado que también fue violada anal y vaginalmente. Los sindicalistas, que defendieron su inocencia durante tres horas, fueron puestos en libertad por la juez pero, al parecer, han sido citados para el lunes, cuando podría celebrarse un careo entre las partes.
El supuesto origen de la agresión estaría en el ambiente crispado que se respira en la institución municipal. El 21 de enero, un informe del interventor municipal alertó sobre la existencia de 54.000 euros sin justificar en las cuentas del fondo social, gestionado por el departamento que preside Rosario Carrero. Un día después, la funcionaria se declaró víctima de una persecución: «Quieren hundirme, quieren despellejarme», afirmó. El sindicato al que pertenece, STP, aseguró que sufría «hostigamiento» por parte del interventor, a quien la mujer había denunciado meses antes por acoso moral, y también de otras agrupaciones, como CC OO.
Encapuchados
Al día siguiente, según la denuncia, se produjo la brutal agresión. Carrero relató que, alrededor de las siete de la tarde, estaba sola en casa. Cuando sonó el timbre, creyó que se trataba de sus hijos y abrió la puerta, pero se encontró con dos encapuchados que la golpearon con un palo en la cabeza y la dejaron inconsciente. Según informaron fuentes policiales, los agresores llenaron de agua el lavabo y le sumergieron la cabeza, hasta despertarla. «Le dijeron que tenía que dimitir, que era una chivata y una guarra», detalló un delegado sindical de STP.
A continuación, los sujetos golpearon a la funcionaria con las manos, el palo y otros objetos contundentes, y uno de ellos llegó a clavarle una navaja en varias partes del cuerpo. Mientras tanto, el otro se dedicó a destrozar los muebles de la vivienda y escribir con una barra de labios en los espejos. La víctima fue hallada por su familia, incluidos los dos hijos, y trasladada al Hospital Clínico de Puerto Real, donde fue atendida de heridas de diversa consideración. Recibió el alta de madrugada.
Durante las jornadas posteriores, la mujer se refugió en casa de unos familiares y no habló con los medios. «Está muy afectada y asustada. Teme que quieran hacer daño a sus hijos o se lo vuelvan a hacer a ella», explicó un compañero. Esta misma semana, modificó sus acusaciones para añadir la violación.
El equipo de Gobierno del Ayuntamiento, del PP, se ha mostrado «preocupado» por el cariz de las denuncias y ha pedido a los empleados municipales que «frenen la crispación». Hace quince días, un incendio originado en unos colchones destrozó las dependencias de los sindicatos en el Consistorio.
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