Los festeros de Altozano se han propuesto que la pólvora no les amargue la celebración de su cincuenta aniversario. El recuerdo de Villajoyosa y Benidoleig está muy cercano y la Asociación de Comparsas de Moros y Cristianos del popular barrio alicantino extremó las medidas de seguridad y, afortunadamente, no hubo que lamentar incidente alguno. Tal era la obsesión que, el pasado domingo a medianoche, con motivo de la Embajada Mora, procuraron que ni el público fumase en los alrededores de la zona acotada para los disparos.
Altozano abrió con brillantez el pasado domingo por la noche sus fiestas de Moros y Cristianos. Los festejos de este año no tendrían más trascendencia que la de otros ejercicios si no fuera porque se celebra el cincuenta aniversario y, sobre todo, porque están muy recientes los graves sucesos ocurridos en Villajoyosa y Benidoleig. Treinta heridos y dos víctimas mortales fueron, en cifras, el triste resultado de estas fiestas. Después del pregón del concejal Juan Seva, Altozano vivió su primer encuentro con la pólvora, marcado por exhaustivas medidas de seguridad, según explicaron a este diario el presidente de la Asociación de Comparsas, Emilio Carretón, y José Antonio Miranda, responsable de que la Embajada Mora del pasado domingo transcurriera dentro de los cauces de la seguridad que merece el uso de la pólvora.
No hubo problemas, ni siquiera cuando pedimos al público que estaba más cerca de los tiradores que apagara incluso sus cigarrillos», comentaba Miranda, mientras disfrutaba del almuerzo festero en el cuartel de los Abencerrajes. «Los espectadores no pusieron pegas y entendieron a la perfección las precauciones que tomábamos», añadió el vigilante de la Embajada Mora. Tampoco se permitió que los tiradores se acercaran a saludar al público, «como suele ser habitual», lo que tampoco molestó a nadie.
Los festeros acotaron la zona de disparos en la avenida de Conde de Lumiares. Sólo podía disparse en el tramo comprendido entre el castillo de fiestas y el supermercado Mercadona. Alrededor de noventa tiradores dispararon el domingo, «lo que puede considerarse un éxito», apuntó Emilio Carretón.
Ayer no fue mojada la calzada antes de los disparos, «aunque sí lo hicimos después, por si había quedado esparcidos restos de pólvora», añade José Antonio Miranda, quien anuncia que «mañana (por hoy), con motivo de la Embajada Cristiana, sí echaremos agua antes y después de los disparos». Como medida preventiva, el domingo la Asociación dispuso además en el interior del castillo de varios cubetas de agua y siete extintores, «por si había que actuar ante cualquier incidente».
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
