El asma ocupacional está aumentando en España, como en otros países de nuestro entorno, y se ha convertido ya en la primera causa de enfermedad respiratoria de origen laboral en los países industrializados, debido a la escasez de medidas profilácticas en muchas empresas y al deficiente diagnóstico, según indican los expertos en asma de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Aunque la magnitud del este tipo de asma depende de la ocupación que se desempeñe, desde la citada Sociedad científica indican que entre el 10-20 de todos los casos de asma bronquial suelen tener esta causa, llegando hasta el 50 por ciento si se trata de los trabajadores de fábricas de detergentes.
En palabras del doctor Santiago Quirce, responsable del Comité de Asma de la SEAIC,“estamos ante una patología respiratoria muy frecuente y que continuará en aumento en los países industrializados si no se toman medidas preventivas eficaces como contar con unidades de diagnóstico especializadas y un control de las cerca de 320 sustancias que pueden provocar asma en el entorno laboral”.
De todas estas sustancias, se estima que los isocianatos causan asma en un 22 por ciento de los pacientes, los alergenos de los animales causan el 9,8 por ciento, y las harinas y cereales originan hasta un 7 por ciento de los casos, mientras que el 5 por ciento de los enfermos diagnosticados de asma ocupacional tienen su origen en humos de soldaduras y colas. Por tanto, los veterinarios, investigadores de laboratorios de animales, panaderos, pintores, limpiadores, trabajadores de industrias químicas y del plástico, y los trabajadores de los llamados “edificios enfermos” son los que registran un mayor número de casos.
Por otra parte, y con respecto al carácter legal de esta enfermedad profesional, el doctor Joaquín Sastre, miembro de la Junta Directiva de la Organización Mundial de la Alergia, ha indicado que “en España es necesario poner el día el registro de sustancias alergénicas, ya que el último listado publicado por el Boletín Oficial del Estado no está actualizado”. Aunque al respecto, este experto ha añadido que “nunca lo podrá estar totalmente, ya que en este caso, la legislación siempre va por detrás de la clínica. Este hecho infravalora la enfermedad y perjudica a los pacientes afectados por esas nuevas sustancias”, ha explicado.
Respecto al tratamiento, desde la SEAIC señalan que el cese de la exposición a los agentes causantes se asocia a la mejoría de los síntomas asmáticos en un porcentaje que no suele superar el 50 por ciento de los sujetos afectados, y que sólo el 25 por ciento de ellos llega a normalizar por completo su función pulmonar.
El directivo de la Organización Mundial de la Alergia ha explicado que “exclusivamente en el caso del asma por látex, algún tipo de harina y por epitelios de animales, se puede vacunar a los pacientes para evitar la enfermedad, lo que limita en gran medida el tratamiento de esta patología causada por otros alergenos”. Añade que el resultado de la inmunoterapia es variable, aunque “siempre ha de aplicarse porque es el único tratamiento que puede reducir la sensibilidad frente a estas sustancias”, según señaló este experto.
Éstos y otros aspectos interesantes sobre esta enfermedad se recogen en el manual “Patología respiratoria alérgica ocupacional”, editado por los doctores Quirce y Sastre, que ha contado con la colaboración de GlaxoSmithKline, y el patrocinio de la SEAIC. Precisamente, el presidente de dicha Sociedad, Antonio Peláez, ha escrito el prólogo de este libro, donde resalta que el objetivo de la obra es orientar a los propios alergólogos, pero también a neumólogos, médicos del trabajo y especialistas en Medicina familiar que abordan en sus consultas este tipo de enfermedades relacionadas con el medio laboral.
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