Como sucede en el resto de los oficios, en la profesión médica también existen personas descarriadas que hacen caso omiso de sus obligaciones, si bien es cierto que constituyen un número ínfimo entre todo el colectivo.
En los últimos seis años, desde 1996 al 2001, la Administración ha abierto expedientes sancionadores a casi medio centenar de médicos –42 en total– por diversas faltas recogidas en los estatutos, antes del Insalud y ahora del Servicio Murciano de Salud (SMS), según informan a La Verdad fuentes de la Consejería de Sanidad y Consumo.
La mayoría de las amonestaciones (13) se han formulado por «incumplimiento de los deberes específicos con perjuicio sensible para el servicio», es decir, por no atender como es debido a los pacientes, saltarse a la torera el protocolo de listas de espera, negarse a realizar pruebas diagnósticas a un enfermo… Todas ellas faltas graves castigadas en la mayoría de las veces con la suspensión de empleo y sueldo entre uno y tres meses.
El absentismo laboral figura como la segunda irregularidad causante del mayor número de expedientes. El ya desaparecido Instituto Nacional de la Salud llamó al orden a doce facultativos, la mayor parte de ellos de atención primaria, tras comprobar que se ausentaban con excesiva frecuencia de su puesto de trabajo. En este apartado hay que recordar los casos de un médico de Las Torres de Cotillas y otro de Campos del Río. El Insalud sancionó a ambos y les obligó, incluso con la actuación de la Guardia Civil, a dejar de pasar consulta. Sin embargo, estos profesionales de la medicina retaron a las autoridades y continuaron asistiendo a su despacho para atender a enfermos. En Las Torres de Cotillas, decenas de vecinos se echaron a la calle varias veces como muestra de apoyo al médico expedientado.
El resto de los apercibimientos a facultativos se corresponden con situaciones de incumplimiento de los plazos u otras disposiciones en materia de incompatibilidades (4 ocasiones), por utilización indebida de recetas (2), así como por «realizar actos en pugna con los intereses de la Seguridad Social», o lo que es lo mismo, utilizar el puesto en la sanidad pública para desviar a pacientes a centros y consultas privadas en las que el médico apercibido tenía intereses económicos o de otro tipo.
Trato correcto
Desde 1996 al 2001, el Insalud sólo abrió un expediente como consecuencia de falta de respeto a los superiores, compañeros, personal subordinado y usuarios, lo que denota, según indican las mismas fuentes, que el trato que dispensan los médicos del sistema sanitario público se desenvuelve en términos de corrección.
En cuanto al grupo compuesto por enfermeros, auxiliares, fisioterapeutas y en general personal sanitario no facultativo, la Administración impuso en el mismo periodo de tiempo trece sanciones, de las cuales cinco se debieron a faltas de respeto con los jefes, compañeros de sección y trabajadores subordinados. Cabe destacar además un expediente abierto por «fraude, deslealtad y abuso de confianza en las gestiones encomendadas por los superiores».
El personal no sanitario –desde técnicos del grupo A hasta celadores y subalternos (pinches de cocina y limpiadores)– es el menos conflictivo, si se atiende al número de expedientes que aglutina, de todos los niveles laborales del sistema público de salud. Únicamente presenta tres sanciones por faltas.
Faltas más comunes
Atención al paciente: hacer caso omiso del protocolo de listas de espera, negarse a encargar pruebas diagnósticas. Absentismo laboral: falta reiterada e injustificada de asistencia al puesto de trabajo. Recetas: utilizar de forma indebida las prescripciones facultativas. Aprovechamiento privado: desviar pacientes de la red pública a centros y consultas privadas. Disciplina: falta de respeto a los superiores y disminución voluntaria y continuada en el rendimiento del trabajo.
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