El recién nombrado responsable de la Oficina de Seguridad del Territorio Nacional, Tom Ridge, ha declarado que frenar la amenaza del bioterrorismo es, ahora, “la prioridad número uno”.
Desde el pasado día 5 de octubre, en que se detectó el primer caso de ántrax en Florida, se ha demostrado que 13 personas han desarrollado la enfermedad o han estado en contacto con las esporas del ántrax, lo que les pone en riesgo de desarrollarla.
Los casos se han producido en un edificio de medios de comunicación de Boca Ratón, en Florida, en las oficinas de Nueva York de la cadena de televisión NBC y en las oficinas en el Senado, en Washington, del líder de la mayoría demócrata, Tom Daschle.
Un cuarto envío a las oficinas de una filial de Microsoft en Reno, Nevada, ha resultado no contener bacterias o toxinas.
El bacilo del ántrax provoca la enfermedad conocida como carbunco o carbunclo, que es extremadamente peligrosa cuando se inhalan los microorganismos, ya que pueden ocasionar la muerte en un 85 por ciento de los casos.
El secretario de Salud de EEUU, Tommy Thompson, ha anunciado que se triplicarán las reservas de medicamentos para tratar un ataque masivo con ántrax, especialmente del fármaco denominado Cipro, que se considera el más eficaz para tratar infecciones bacterianas.
Cipro o ciprofloxacin es un medicamento fabricado por la firma alemana Bayer, que ha anunciado por su parte que intensificará la producción de este antibiótico.
Investigadores de la Universidad de Ohio han informado de que están desarrollando una vacuna que podría ser totalmente eficaz en seres humanos, aunque por ahora sólo ha sido probada en animales, aunque con resultados esperanzadores.
La vacuna utiliza fragmentos del material genético del bacilo (Bacillus anthracis), en combinación con ADN de otros microorganismos, lo que podría convertirla en un remedio preventivo contra cualquier ataque de terrorismo biológico.
En la actualidad existe una vacuna, pero su eficacia se limita a a algunas variedades de ántrax, especialmente el de tipo cutáneo.
Dos de los casos detectados, ambos en Florida, corresponden a la variedad de ántrax pulmonar o inhalada, en la que la mortalidad es muy elevada.
El resto de las personas afectadas han desarrollado la variedad cutánea o epidérmica o simplemente han estado en contacto con la bacteria sin por ello haber desarrollado la enfermedad.
Un científico ruso experto en armas bacteriológicas dijo hoy que el ántrax enviado en sobres de correo puede ser neutralizado mediante el simple procedimiento de planchar las cartas en contacto con una manta húmeda. También ha propuesto someterlos a un bombardeo con rayos gamma.
Estos remedios, cuya eficacia no ha podido ser contrastada por las autoridades estadounidenses, destruirían los bacilos del ántrax si necesidad de abrir el sobre, afirma Ken Alibek, quien ahora trabaja en Estados Unidos en el desarrollo de métodos de prevención contra el terrorismo biológico.
Las autoridades estadounidenses comienzan a encontrar puntos de conexión entre algunos de los envíos que contenían ántrax, pero ninguno de ellos ha servido aún para confirmar la relación de este tipo de terrorismo con la organización Al Qaeda de Osama Bin Laden, a la que se atribuyen los atentados del 11 de septiembre.
Las cartas enviadas a la cadena de televisión NBC y al senador Tom Daschle han sido escritas a mano por la misma persona y enviadas desde la misma oficina de correos de Trenton, en Nueva Jersey, el pasado 18 de septiembre, según han revelado los investigadores.
Daschle, por su parte, precisó hoy que la carta enviada a su nombre contenía una forma muy pura de ántrax, lo que supone que la acción es obra de un profesional.
Algunos investigadores creen que, sin abandonar la línea del terrorismo vinculado a Osama Bin Laden, debe contemplarse la posibilidad de que algunas de las cartas enviadas con ántrax podrían proceder de personas con ánimo de venganza o un sentimiento antiamericano como el que presentaban Timothy McVeight o “Unabomber”, dos de los terroristas estadounidenses más famosos.
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