Las enfermedades profesionales en Burgos mantienen la tendencia de disminución en número y a su concentración en el ámbito de las patologías músculo-esqueléticas vinculadas a la manipulación repetitiva de cargas. Hasta la fecha, salvo un caso de neumocomiosis, no se han detectado nuevos casos de asbestosis (amiantos) o de cáncer por inhalación de los agentes químicos del humo de soldadura.
Hasta el pasado noviembre, último dato disponible en la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta de Castilla y León (OTT), se han declarado 89 enfermedades profesionales, lo que supone un descenso en torno al 20% (a la espera de los datos de diciembre) con respecto al año precedente, que terminó con 113 casos, lo que no evitó que Burgos fuera una de las provincias con mayor número de toda la Comunidad.
La tendencia a la disminución se atribuye, además de una menor población activa, a los esfuerzos en materia de prevención médica y al incremento de la presión laboral que la crisis somete a los trabajadores, que terminan por soportar algunos males físicos que antes formaban parte del listado ante el temor a la pérdida del empleo. El umbral del dolor se ha elevado en los últimos años, especialmente cuando afecta a la espalda, a los hombros o las muñecas, aunque este cambio no tiene reflejo en las estadísticas.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
