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ANA MARTÍNEZ • ALBACETE
La baja laboral como consecuencia de la depresión se sitúa en el Estado español en una media de 125 días y supone unos costes directos cifrados en 65 millones de pesetas anuales. Esta cifras son consecuencia de la escasa atención sanitaria que reciben los enfermos depresivos, ya que se calcula que la absentismo laboral se podría reducir a 66 días al año de ofrecer programas sanitarios que atajaran la depresión. Así lo han constatado las psicólogas de la Asociación de Ayuda contra el Síndrome Depresivo ‘Lassus’ que ha visto incrementadas las peticiones de atención en 180 pacientes.

La depresión ya no es un problema de minorías. Esta enfermedad, que sigue sin estar reconocida como tal en el sistema público de salud, causa diversos trastornos a panorama sociolaboral y económico de nuestro entorno. No en vano, y según datos facilitados por la Asociación de Ayuda contra el Síndrome Depresivo Lassus, la depresión es una de las principales causas de baja laboral, estimándose en 125 días la media de absentismo laboral por esta razón y unos costes directos calculados en 65 millones de pesetas anuales.

Las mismas fuentes indicaron a este diario que en España sólo el 25% de los enfermos depresivos reciben atención sanitaria, aunque de existir programas que atajaran esta patología, la media de baja laboral se reduciría a 66 días por año y, por tanto, los gastos directos, que están calculados en 5.000 pesetas por día y por enfermo.

Como muestra de que la depresión ya no problema de un reducido número ni de clases sociales o geográficas (dígase las zonas rurales), la Asociación de Ayuda contra el Síndrome Depresivo ha publicado su memoria de actividades del año 2000, en la que se comprueba que en tan sólo tres años se han multiplicado por doce los pacientes tratados, pasando de los 16 que se atendieron en 1997 a los 196 que recibieron asistencia psicológica el pasado ejercicio. Este volúmen de demanda ha provocado que, en estos momentos, el servicio de asistencia psicológica de Lassus, destinado a enfermos con escasos recursos económicos y atendido por dos psicólogas, tenga una lista de espera de 40 personas. Además y durante el año 2000, Lassus atendió las llamadas telefónicas de 200 usuarios y realizó 173 entrevistas personales, cifras que se multiplican por diez con respeto a los datos obtenidos en 1997.

Esto está motivado por la escasa atención sanitaria que reciben los enfermos depresivos y porque Lassus es una de las tres asociaciones que existen en España que atienden, de forma individual y colectiva, a los afectados por esta patología.

La mayoría de estos pacientes, según informaciones de Lassus, sufrieron la depresión como trastorno secundario y como consecuencia de otras enfermedades –como el alcoholismo o la agorafobia– que al final desembocan en una depresión. Otros, por contra, llegan a ella a través de trastornos de la personalidad, como consecuencia de sufrir malos tratos, de tener problemas sentimentales, de perder a un ser querido, de padecer una enfermedad física o psíquica, por culpa del desempleo o de la jubilación…

Un perfil muy ligado a este problema que afecta a la salud y al estado anímico de la persona es ser mujer (dos terceras partes de los afectados lo son) entre 20 y 50 años de edad, cuyos problemas personales y los cambios «desagradables» producidos en su ambiente la conducen hacia un túnel sin salida. En contra de la creencia generalizada, las personas mayores, generalmente de más de 70 años, no suelen presentar un cuadro depresivo, aunque sí melancólico, y por ello necesitan programas que acaben con su aislamiento y soledad y promocionen las relaciones sociales.

La actividad terapéutica se Lassus están centrada, además de las entrevistas individuales y de los grupos de competencias de afrontamiento (psicoterapia grupal breve), en la celebración de diferentes talleres ocupacionales, que a lo largo del año 2000 beneficiaron a 175 usuarios. En estos talleres, junto al aprendizaje y formación en distintos campos, se fomenta la autoestima, la relajación y el aumento de la adquisición de habilidades sociales. Entre estos talleres destacan las sesiones de quiromasajes, fotografía, guitarra, relajación, bailes de salón, autoestima (el más reclamado), dinámica de grupo, manualidades y arte, sevillanas, prensa y aerobic. Además, la asociación desarrolla un programa de biblioterapia y préstamos de libros, CD y vídeos.

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La Verdad

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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