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De los alrededor de 250 millones de niños que trabajan en el mundo, 170 millones -el 70 por ciento- lo hacen en la agricultura en unas condiciones penosas y peligrosas, según la organización estadounidense Human Rights Watch (HRW) en motivo de la celebración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil.

Los niños que trabajan en la agricultura exceden de lejos en número a los que elaboran carpetas y cosen balones de fútbol, que reciben la mayor atención de los medios de comunicación, afirmó la directora del área defensa de los derechos del niño de HRW, Jo Becker.

Según HRW, los niños agricultores trabajan a menudo largas horas bajo el sol, llevan pesadas cargas, sufren heridas provocadas por las herramientas agrícolas y corren graves riesgos para su salud a causa de la exposición a los pesticidas.

La organización ha investigado las condiciones de trabajo de los niños en la industria del algodón de Egipto, en el sector bananero de Ecuador, en las tareas agrícolas en India y en la agricultura comercial de Estados Unidos, y ha comprobado que, pese a sus grandes diferencias, la explotación diaria de los niños en el sector agrícola y los riesgos que corren en estos países son sorprendentemente similares.

En estos países, los niños no sólo ganan menos que los adultos por los mismos trabajos, sino que frecuentemente obtienen salarios muy inferiores al mínimo legal, según HRW.

Los informes de Human Rights Watch revelan que los niños suelen empezar a trabajar a los ocho o diez años de edad y normalmente dedican a estas actividades once o doce horas diarias, por lo general desde antes del amanecer. Los niños indios pueden llegar a trabajar hasta 16 ó 17 horas diarias.

La exposición a pesticidas supone una gran amenaza para los niños agricultores. En Estados Unidos, Egipto y Ecuador, los niños consultados por Human Rights Watch informaron de que incluso se les hace trabajar en los campos al mismo tiempo que se rocían los pesticidas. Como consecuencia de ello, sufren dolores de cabeza, mareos, sarpullidos, náuseas y vómitos. A largo plazo, estas condiciones de trabajo pueden derivar en cáncer, daños cerebrales, defectos en el nacimiento de sus hijos y esterilidad.

Los niños agricultores sufren los mayores porcentajes de heridas sufridas en el trabajo a causa del manejo de herramientas cortantes y equipamientos pesados. En Estados Unidos, los niños que trabajan en las granjas, aunque sólo constituyen el ocho por ciento del total del trabajo infantil en el país, sufren el 40 por ciento de accidentes laborales registrado entre menores.

Human Rights Watch señala también los efectos negativos que para la educación de los niños suponen las largas jornadas laborales. En Ecuador, la mayoría de los trabajadores bananeros menores de edad dejan la escuela a los 15 años. En Estados Unidos, sólo el 55 por ciento de los niños de las granjas terminan sus estudios. En India, muchos de los niños que ayudan en el campo no reciben ninguna educación.

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La Vanguardia

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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