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Riesgo sí, pero escaso. Especialistas en Medicina Preventiva y Microbiología señalaron ayer que la presencia de legionella en las conducciones de agua del Hospital Central entraña un peligro de infección muy moderado para los pacientes.

Antonio Cueto, catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Oviedo, recordó que la legionella se transporta en microgotas de agua que pueden inhalarse o aspirarse. Cueto aseguró que, descartada su presencia en las torres de refrigeración del hospital, el peligro potencial reside fundamentalmente en las duchas. El catedrático de Medicina Preventiva subrayó también que los brotes infecciosos por legionella en el medio hospitalario son “poco frecuentes”. Puntualizó, pese a todo, que detectada la presencia del germen, hay que extremar la vigilancia máxime porque la bacteria es especialmente peligrosa para los pacientes de edad, enfermos crónicos y con las defensas bajas.

LLAMADA A LA CALMA Javier Méndez, jefe del servicio de Microbiología I del complejo hospitalario, realizó un llamamiento a la calma y señaló que los sistemas de vigilancia epidemiológica han funcionado bien. Méndez subrayó que puede detectarse legionella en cualquier edificio que tenga depósitos de agua; en ese sentido, el jefe de Microbiología indicó que el hospital no es una excepción.

Méndez aseguró que la zona en la que se detectó la bacteria no estaba siendo utilizada y recordó además que no se han producido casos en pacientes, usuarios o trabajadores del Hospital Central. El responsable del servicio de Microbiología I aseguró que Asturias no es especialmente propensa a la legionella porque la bacteria necesita unas temperaturas medias moderadamente elevadas. Javier Méndez planteó en este sentido que la aparición cada vez más frecuente de legionella en el Principado puede indicar que la temperatura media de la región está subiendo.

VUELTA A LA NORMALIDAD Mientras tanto, el Hospital Central de Asturias, y más específicamente el Covadonga, volvía ayer a la normalidad. La mayor parte de los pacientes eran ajenos a la presencia de la bacteria. El Covadonga recuperaba el suministro de agua tras proceder a su corte y posterior cloración.

La detección de legionella tuvo lugar tras una inspección rutinaria llevada a cabo el pasado 6 de noviembre en el Hospital Covadonga. La Agencia de Sanidad Ambiental y Consumo, organismo encargado de las actuaciones, reclamó a la gerencia del complejo hospitalario la puesta en marcha de un programa de intervención para desinfectar el agua sanitaria.

El complejo hospitalario, en aplicación del real decreto de control de la legionella aprobado recientemente, está obligado a comunicar los resultados a la Administración autonómica. El Principado llevará a cabo una nueva inspección para verificar la desaparición de la bacteria. El real decreto obliga al hospital a optar por una de estas dos alternativas: subir la temperatura del agua para acabar con el germen o clorarla. El Hospital Central ha elegido en esta ocasión la cloración. La detección de legionella en el complejo hospitalario ovetense se suma a la registrada recientemente en las torres de refrigeración del Hospital de Cabueñes.

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La Voz de Asturias

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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