La tendencia creciente de la siniestralidad laboral cambió en 2003 en el conjunto nacional, al contabilizarse 71 fallecimientos y 52.496 accidentes con baja menos que durante el año anterior, según datos facilitados ayer por el sindicato Comisiones Obreras.
El sindicato destaca que nunca había bajado conjuntamente el total de siniestros y el de accidentes mortales. No obstante, esta reducción no impidió que España ocupara una vez más el primer lugar entre los países de la Unión Europea (UE) en esta triste estadística. La proporción comunitaria es de cinco fallecimientos por cada 100.000 trabajadores, mientras que las muertes en España por el mismo número de empleados se elevan a nueve.
Además, el sindicato se mostró muy preocupado porque la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, comúnmente conocida como Ley de Salud Laboral, cumple este martes ocho años con un trágico balance. Desde su entrada en vigor el 10 de febrero de 1996 se han contabilizado 8.532 fallecimientos, 6.652.733 accidentes con baja, 140 millones de jornadas de trabajo perdidas y un coste de 96.000 millones de euros, equivalente a 16 billones de las antiguas pesetas, conjunto de datos que suponen “el peor indicador socio/económico de las dos últimas legislaturas”.
La Comunidad Valenciana redujo en un 7,5% el número de siniestros laborales totales en 2003, pero los accidentes mortales aumentaron entre enero y noviembre un 15,5%. Concretamente, en 2002, murieron en su puesto de trabajo 97 valencianos, mientras que en 2003 se alcanzó la negra cifra de 112 decesos.
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