“Siempre hemos considerado necesario aumentar la cifra de inspectores de trabajo por el volumen de población ocupada y por las características del territorio de la región, que suponen una dispersión de los centros productivos”, señaló ayer el viceconsejero de Empleo, Ignacio Ariznavarreta, en la clausura del IX Encuentro Regional de Delegados de Prevención organizado por la Federación de Metales, Construcción y Afines de UGT.
El último accidente laboral mortal producido el miércoles eleva a 28 la cifra total de fallecidos en la región en lo que va de año, doce más que en 2007.
Unos datos que constituyen “una auténtica lacra social”, según Ariznavarreta, que hace un llamamiento a la responsabilidad de los trabajadores y empresarios para reducir los índices de siniestralidad.
Recalcó que la crisis económica no puede ser una excusa para “rebajar ni un milímetro el nivel de exigencia en materia de seguridad” y recordó que el II Plan de Prevención de Riesgos Laborales (2007-2010) consigna una cuantía anual de 13 millones de euros a la mejora de equipos y a la formación constante.
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