Un tercio de los profesores sufre insultos de alumnos o familiares y casi un 23 por ciento tiene amenazas, mientras que entre un 3 y un 5 por ciento padece agresiones leves, según constata un estudio científico internacional coordinado por investigadores aragoneses.
El proyecto, que tiene como objetivo desarrollar métodos que prevengan los riesgos psicosociales en los docentes de Educación Secundaria, está coordinado por el grupo de investigación en Salud Mental en Atención Primaria, reconocido como consolidado por el Departamento aragonés de Ciencia, Tecnología y Universidad.
Dirigido por el psicólogo e investigador Santiago Gascón, en el trabajo están involucrados psicólogos y profesionales de diversas áreas de medicina y de ciencias de la educación de universidades de Portugal, Reino Unido, Italia, Alemania, Bélgica, Holanda, Turquía, Rumanía, Suiza, Irlanda, Argentina y México.
En el mismo se pone de manifiesto que, aunque el personal sanitario y el de educación son los sectores más afectados por patologías derivadas de los riesgos psicosociales, los episodios de violencia física hacia el profesorado fueron significativamente menores que los hallados en sanidad, especialmente en las áreas de urgencias, explica en un comunicado el Gobierno aragonés.
Así, el estrés laboral en el ámbito educativo se muestra como la segunda causa de baja laboral en Europa y constituye uno de los principales factores de riesgo de padecer trastornos físicos y psicológicos, además de afectar al rendimiento, al estado de ánimo y al deterioro de la calidad de vida.
En la actualidad, el trabajo está en fase de evaluación inicial en los distintos países y ha encontrado un aspecto común, que el profesorado de Secundaria tiene como principal fuente de estrés la sobrecarga laboral, con excesivas tareas y responsabilidades y demasiado número de alumnos.
La falta de reconocimiento social por parte de los padres o de los propios alumnos y el deterioro o el conflicto de valores, predijeron un mayor porcentaje de agotamiento y de despersonalización en el profesorado.
Estos aspectos fueron comunes en la mayoría de los centros evaluados en países tan distintos como España, Reino Unido o Rumanía.
Otro dato coincidente es el de que los índices de despersonalización, con la pérdida progresiva de implicación, fueron mayores que los encontrados en otros sectores profesionales.
Desde este grupo de investigación, explica Gastón, se apuesta por un abordaje integral que incluya tanto aspectos individuales y grupales, como aspectos que atañen a la organización, así como involucrar a los alumnos, padres y medio en el que el centro se encuentra ubicado.
En el trabajo se ha constatado que del 3 al 5 por ciento de profesionales han sufrido agresiones leves por parte de alumnos o de familiares.
Asimismo, en cuanto a insultos, un tercio del profesorado los ha sufrido en los dos últimos años y casi un 23 por ciento ha padecido amenazas por parte de padres o de alumnos.
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