El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha condenado a una empresa constructora al pago de 3.000 euros por el accidente que sufrió un operario menor de edad al caer desde un segundo piso de una obra y no llevar el arnés de seguridad.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Alto Tribunal catalán ratifica así la resolución dictada en enero de 2002 por la Conselleria de Trabajo de la Generalitat contra la empresa Construcciones Hermanos
Garmafels.
Los hechos se remontan a julio de 2000, cuando el trabajador Juan Miguel B. se precipitó al vacío desde el segundo piso de un edificio en construcción de la calle Agustina de Aragón de Castelldefels (Barcelona).
El trabajador tenía 17 años y según la normativa de seguridad no podía realizar trabajos a alturas superiores a cuatro metros del suelo. Además, no llevaba puesto el cinturón de seguridad y la barandilla de seguridad de la plataforma elevadora estaba bajada.
Cinco días después del accidente, un Inspector de Trabajo levantó acta del suceso y tomó declaración como testigos al propio Miguel B. y a otro trabajador de la obra.
La empresa recurrió el acta ante el TSJC y negó su veracidad. En su defensa consideró que el documento no recogía los preceptos infringidos, que contemplaba una sanción desproporcionada y que el accidente fue provocado por el propio trabajador.
El TSJC ratifica el acta inspectora, dándole validez probatoria, y considera que es responsabilidad de la empresa velar por el cumplimiento de la normativa de seguridad por parte de los trabajadores.
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