Un juez deberá decidir si la muerte de un trabajador siderúrgico avilesino, ocurrida el 28 de febrero de 2007 en el Hospital San Agustín por un cáncer de pulmón, fue debida al tabaco o a su exposición al amianto. El titular del Juzgado de lo social número 1 dejó vista para sentencia la demanda interpuesta por la familia del empleado, que cuenta con el respaldo de CC OO en su batalla por demostrar que la patología que acabó con la vida de F.F.F. está relacionada con el amianto. El Instituto Nacional de la Seguridad Social, parte demandada, sostiene que el fallecimiento es consecuencia de una enfermedad común, que achaca a las dos cajetillas diarias que fumaba el difunto.
La familia del fallecido, a la que representa la letrada Nuria Fernández, asegura que F.F.F. comenzó a trabajar el 23 de octubre de 1965, donde ocupó diferentes puestos hasta que se declaró su incapacidad permanente. Durante esas cuatro décadas, según la misma versión, ocupó los puestos de especialista en hornos de acero, gruista (en los hornos y en el puerto), receptor de calidad en laminación y almacenero del puerto y basculero. El fallecimiento de F.F.F., defiende el sindicato, se produjo por su exposición al amianto o asbesto (material cancerígeno compuesto de fibras minerales incombustibles) durante su vida laboral, lo que le causó el cáncer de pulmón.
En el banquillo de los demandados se sentaron los representantes legales del Instituto Nacional de la Seguridad Social, de mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, así como las empresas. Todos ellos insistieron en que la enfermedad que acabó con la vida de F.F.F. a los 61 años se debió a su habituación tabáquica («dos cajetillas al día durante treinta años») a pesar de la declaración de la doctora Isabel Isidro, del Instituto Nacional de Silicosis. Isidro, testigo de la letrada Nuria Fernández, explicó ante el tribunal los efectos nocivos del amianto e insistió en que el hecho de que F.F.F. fuese fumador no implica que el tabaco fuese la causa del cáncer, sino un «sinergismo multiplicador». «Un trabajador expuesto tiene un riesgo cinco veces superior a padecer un cáncer a uno no expuesto. Si, además, es fumador, ese riesgo se multiplica por cincuenta», declaró.
Uno de los testigos de la empresa, de los servicios médicos de la empresa, añadió que el tabaco es la causa del 90 por ciento de los casos de cáncer de pulmón, aunque reconoció que F.F.F. no fue sometido a un reconocimiento específico por su exposición al amianto.
Será el tribunal quien ahora dictamine si la muerte de F.F.F. se debió a una enfermedad profesional derivada de la exposición a la sustancia cancerígena. El caso quedó visto para sentencia.
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