La fábrica de fundición de coque escribió ayer su capítulo más negro. El trabajador J.R.G.M, de 42 años y natural de Trubia, perdió la vida en un accidente laboral. El fallecido, separado y con una hija, se bajó de la pala que conducía y otro vehículo le atropelló. Como consecuencia, sufrió un aplastamiento craneal.
El siniestro se produjo sobre las 8.40, apenas diez minutos después de que el trabajador, comenzara su jornada diaria dentro del recinto. Según informó la Guardia Civil, el trabajador pertenecía a una subcontrata y tenía más de dos años de experiencia como trabajador de la empresa, y en el momento de los hechos cargaba mercancía a un camión. Por motivos que aún se desconocen, se bajó del vehículo y «bien porque resbaló u otra causa que no sabemos, le pasó otra pala por encima».
Al percatarse del siniestro, el resto de compañeros llamaron al 112. Cuando el Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) llegó al lugar de los hechos no pudo más que certificar su muerte. Tras el estudio de diligencias, el juez ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al Instituto de Medicina Forense, en Oviedo.
El conductor del transporte que arrolló al fallecido necesitó atención médica: tuvo que ser atendido posteriormente por un shock nervioso en el Hospital Central de Asturias, según indicaron fuentes de la empresa a este periódico.
«Es la primera vez que ocurre un accidente mortal. Estamos consternados», reconoció ayer el director de la empresa. La empresa comenzó su andadura en 1952 con la fabricación de coque a partir de carbón, del que puede producir hasta 100.000 toneladas anuales, y que obtiene como subproducto el alquitrán.
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