La muerte del trabajador Carlos José Gaudioso Navarro el pasado martes, mientras revisaba en el barrio de Juslibol la antena de una empresa catalana de telefonía móvil, ha accionado las alarmas de la siniestralidad laboral en Aragón. Días antes se había registrado una concentración en Zaragoza para llamar la atención sobre el elevado número de accidentes que se registran. Gaudioso es la quinta víctima mortal desde que empezó el año actual, un periodo que está resultando negro para la estadística. Sindicatos y colectivos sociales claman por soluciones para este problema que el año pasado se cobró 54 vidas en Aragón, una cifra muy elevada para las dimensiones de su actividad productiva.
Las otras víctimas mortales de este mes han sido un agricultor, fallecido en La Zaida al volcar su vehículo; un empleado en Mallén que cayó al vacío cuando colocaba una estructura metálica; un albañil que trabajaba en un andamio en Castillazuelo y un transportista que descargaba su vehículo en el vertedero municipal de la localidad zaragozana de Torrecilla de Valmadrid.
Estadistica engañosa
Según los datos oficiales, la siniestralidad laboral decreció en la comunidad durante el 2001 en sus cifras globales con un -3,33% respeto al año anterior, con 40 muertos, 295 heridos de gravedad u otros 21.763 trabajadores con lesiones leves, con algo más de 60 accidentes diarios.
Sin embargo, la estadística puede resultar engañosa, si se aprecian otros parámetros, como las otras 14 personas que murieron in itinere o el aumento de casos no denunciados en pequeñas empresas o en negocios autónomos con accidentes leves, detectado por los sindicatos. “Son accidentes camuflados que se resuelven con arreglos internos en las empresas”, señalaron fuentes de CCOO.
Las denuncias públicas realizadas estos días por UGT y CCOO no son alarmistas. El pasado mes de diciembre murieron cuatro trabajadores, el doble que el mismo periodo del año 2000, y enero se ha cobrado ya cinco vidas.
El perfil de las víctimas refleja un crecimiento del riesgo paralelo al del trabajo en precario y al de los autónomos, con una fuerte incidencia en el sector servicios.
Los datos
Hay otros datos para la reflexión. Si bien tienden a decrecer las muertes por accidentes traumáticos en el puesto de trabajo, de los que en Aragón se registraron 11 en el 2001, en ese mismo año se produjeron 15 fallecimientos por derrames o infartos. Otros 14 de debieron a profesionales del transporte muertos por accidentes de tráfico y 14 perdieron la vida in itinere.
Las víctimas no traumáticas podrían atribuirse parcial o totalmente a causas ajenas a la actividad productiva si no fuera por el incremento del estrés laboral detectado en las empresas españolas en los últimos años, una circunstancia a la que se da poca importancia, pero que tiende a convertirse en un problema serio a tenor de los resultados observados.
No hay un diagnóstico generalizado sobre los orígenes de esta ansiedad y malestar en la actividad laboral, que algunas mutuas empiezan a analizar tímidamente con tests psicológicos y encuestas.
Sin embargo, las fuentes sindicales consultadas coinciden en que el estrés laboral en España empieza a alcanzar niveles de países industrialmente más desarrollados y aventuran las causas: mala organización laboral, despotismo y falta de cualificación de los cuadros intermedios. “Las empresas sólo se guían por criterios de productividad y fidelidad a la hora de elegir estos mandos intermedios”, opinó un técnico en salud laboral de CCOO-Aragón.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
