El titular del juzgado de lo Penal número cuatro de Alicante, José María Merlos, ha inhabilitado durante tres años a un constructor por la muerte de un obrero que sufrió un accidente laboral en julio de 2002 en Alicante. El magistrado ha impuesto además al acusado un año de prisión al considerar que es responsable de un delito de homicidio por imprudencia por no facilitar a sus trabajadores cinturones de seguridad. El juez valora la imprudencia como grave porque la dotación del cinturón de seguridad era algo «económico, fácil y asequible», según consta en los fundamentos del fallo.
La inhabilitación de los constructores por la muerte de un trabajador está prevista en el Código Penal, pero hasta ahora la Fiscalía de Siniestralidad Laboral no la pedía por considerar que era una medida muy dura. Fuentes de la Fiscalía recordaron que en la práctica supone impedir que un constructor o un arquitecto ejerzan la actividad profesional de la que viven. Sin embargo, la fiscal del caso solicitó al concluir el juicio que el constructor fuera condenado a dos años de prisión y que se le impusiera entre tres y seis años de inhabilitación.
La representante del ministerio público también pedía la condena de los dos promotores de la obra, pero han sido absueltos porque «ellos no tenían la obligación de proporcionar los medios de seguridad», según recoge el fallo.
Las defensas mantuvieron en el juicio que la culpa del accidente en realidad la tuvo el trabajador. El magistrado rechaza su argumento al «sostener la posibilidad de negarse a realizar el trabajo y denunciar la falta de medidas de seguridad es desconocer la realidad de las relaciones laborales, donde con frecuencia el trabajador se ve abocado a aceptar condiciones ilegales para conservar su empleo y no perder sus medios de subsistencia ni su estatus social».
Los hechos ocurrieron el 31 de julio de 2002 en Alicante cuando el operario retiraba los elementos de protección consistentes en puntales y plástico en el hueco del patio interior en la primera planta del edificio. «El obrero no fue provisto de un cinturón de seguridad a pesar de que debía aproximarse al hueco y retirar la valla instalada a su alrededor. Mientras lo hacía, cayó unos cuatro metros. El trabajador murió seis días después como consecuencia de las heridas», según recoge el apartado de hechos probados de la sentencia.
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