De acuerdo con esta publicación, que incluye un cuestionario para que cada persona evalúe las molestias que puede sufrir en primera persona, los trastornos musculoesqueléticos afectan a un gran número de trabajadores de la agricultura, la industria, la construcción y los servicios, además de a las personas que trabajan como oficinistas.
Este tipo de molestias incluyen numerosas alteraciones en los músculos, tendones, nervios o articulaciones, y pueden darse en cualquier zona del cuerpo, aunque el cuello, la espalda y las extremidades superiores son las más afectados. Sus síntomas suelen ser fáciles de identificar y el más común es el dolor localizado.
Aunque pueden tener un origen extralaboral, incluso personal, son las condiciones de trabajo las que originan un gran número de estas dolencias. Las malas posturas, los esfuerzos, la manipulación de cargas y ciertos movimientos pueden desencadenar estos trastornos que podrían prevenirse. Sin embargo, estas posturas, esfuerzos o movimientos nunca son voluntarios sino que están condicionados por el diseño del lugar de trabajo, los tipos de tareas y la organización laboral, circunstancias que dificultan la posibilidad de evitarlas. Sin embargo, se pueden prevenir diseñando correctamente el espacio y el puesto de trabajo, mejorando la iluminación, empleando buenas herramientas y organizando el trabajo adecuadamente.
Varias son las medidas preventivas que se pueden poner en práctica, de manera sencilla en la mayoría de los casos, para aumentar la salud laboral en estos aspectos. Tal es así que si procuramos situarnos de frente a la tarea que tenemos que realizar y en una posición inferior al foco ocular mejoraremos algunos trastornos de cuello. Disminuir el peso de objetos manipulados o evitar la transmisión de vibraciones al cuerpo procedentes de plataformas sobre las que se esté en pie o de los asientos, también nos ayudarán a mejorar nuestra salud. Mantener apoyados los antebrazos cuando la tarea lo permita, agarrar los objetos con todos los dedos flexionados evitar el contacto de la mano con superficies muy frías contribuirán también a conseguir mayor bienestar.
Los trabajadores europeos se quejan con frecuencia de sufrir trastornos musculoesqueléticos: un 30% de dolor de espalda; un 17% de dolores musculares en brazos y piernas; el 45% afirma que trabaja en condiciones de dolor o fatiga; un 33% se ve obligado a manipular cargas pesadas en su trabajo. El 30% que manifiesta sufrir dolores de espalda representa un total anual de 44 millones de trabajadores europeos. Los problemas de salud van del malestar y ligeros dolores a problemas médicos más graves que obligan a pedir la baja y requieren tratamiento médico y hospitalización. El tratamiento y la recuperación suelen ser insatisfactorios, especialmente cuando las causas son crónicas. Por ello, no es difícil que acaben en incapacidad permanente y pérdida del puesto de trabajo.
Y hay más: un 7% de los trabajadores afirman que su trabajo implica tareas cortas y repetitivas; un 57% movimientos repetitivos de la mano o el brazo; un 56% trabajan con plazos muy estrictos o ajustados; un 54% realizan un trabajo muy rápido; un 42% no es libre de decidir cuándo hacer un descanso; y un 31% no puede definir su ritmo de trabajo.
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