Al menos dos personas murieron y muchas otras resultaron heridas por la explosión -aún inexplicada- de una planta farmacéutica en Kinston, Carolina del Norte, dijo un funcionario de la ciudad.
A las 02H30, las llamas aún no habían sido controladas, y se espera que el balance de muertos aumente, pues no se sabe el destino de entre 12 y 15 trabajadores de la planta, y se teme que hallan quedado atrapados dentro del edificio incendiado.
Informes previos emitidos en medio de una gran confusión daban cuenta de ocho muertos, pero la cifra fue revisada con el progreso del trabajo de los servicios de socorro.
“En este momento no hay nada concreto. Es entre dos y ocho (muertos)”, dijo Jimmy Cousins, miembro del concejo de la ciudad, contactado telefónicamente por la AFP.
“(…) Hay personas que aun no han sido encontradas”, añadió.
Cousins también dijo que sus asesores habían visto tres cuerpos en una acera cubiertos con mantas, presumiblemente tras haber sido recuperados del edificio siniestrado.
Pese a que cinco equipos de bomberos luchaban contra las llamas, ninguno había logrado ingresar al edificio siniestrado, según funcionarios de la ciudad.
Se cree que entre 120 y 150 trabajadores estaban dentro de la planta de West Pharmaceuticals cuando se produjo la explosión, dijeron funcionarios locales.
Pese a que aún se desconoce la causa de la explosión, Cousins y otros funcionarios descartaron la posibilidad de que se haya producido un sabotaje o un atentado.
La destrucción de la planta, que producía jeringas de plástico, cánulas intravenosas y otros suministros médicos representa un duro golpe para la comunidad de Kinston, de 25.000 habitantes, que ya sufre una recesión económica.
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