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Un juez de Barcelona considera que el burn out o “estar quemado” es un accidente laboral, por el que ha concedido la invalidez permanente absoluta a una profesora que llevaba 35 años ejerciendo.

La sentencia del Juzgado de lo Social número 16 de Barcelona, a la que tuvo acceso Europa Press, señala que la mujer desarrollaba una actividad incluida en los “grupos de riesgo” y que le han ido provocando “un alto nivel de ansiedad”.

El fallo afirma que “estar quemado” es “una situación muy semejante” al “estrés” que se da “en trabajadores que realizan su trabajo en contacto con otras personas”, como “profesores, personal sanitario” y “asistentes sociales”.

El juez también señala que la “patología psíquica” de la que está afectada la profesora, que empezó a ejercer en colegios privados en 1966, “se ha ido instaurando a lo largo del tiempo y concretamente en los últimos once o doce años”.

Además, el juez valora que la mujer “tiene una personalidad obsesivamente perfeccionista y alto nivel de autoexigencia” y que en 1992 “comenzó a presentar cansacio, sensación de malestar, parestesias, fobias, miedos, irritabilidad, distimias, así como bloqueos cognitivos mientras impartía clases”.

Hechos

La mujer estuvo de baja por incapacidad temporal desde el 26 de octubre de 1998 hasta el 11 de enero de 1999 por “depresión” y desde el 4 de octubre de 1999 hasta el 3 de abril de 2001 por “ansiedad”.

Así, siguieron un rosario de bajas e incapacidades hasta que en enero de 2002, el INSS declaró a la mujer en situación de incapacidad permanente absoluta, derivada de enfermedad común por “trastorno de ansiedad, trastorno distímico y trastorno de personalidad no especificado”.

No obstante, la profesora reclamó solicitando que la “incapacidad permanente se declarara derivada de accidente de trabajo”, pero el INSS desestimó la alegación.

Entonces, la mujer decidió acudir a los tribunales para que su enfermedad común fuera considerada “accidente de trabajo”, a lo que se opuso tanto la Seguridad Social como la Mutua Asepeyo, a la que pertenecía el colegio privado en el que impartía clases la profesora.

La profesora alegó que el estrés que sufre “debe tener consideración de accidente de trabajo por tener su causa exclusiva en el trabajo que como profesora ha venido desarrollando a los largo de 35 años”.

Fundamentos

La sentencia señala que en 1992 la profesora ya fue diagnosticada de “estado depresivo mixto con ansiedad extrema a nivel global, alto nivel de neuroticismo, severa elevación de las escalas de hipocondriasis y depresión y lapsus amnésicos”.

La sentencia también asevera que esta “ansiedad extrema” y “bloqueos cognitivos cada vez más frecuentes” remitían en “periodos vacacionales y de fin de semana”.

El fallo recoge un estudio realizado en 1995 por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo en el que se afirma que la situación de burn out se da cuando el trabajador ve “defraudadas las expectativas que tenía respecto a su trabajo y cuando el trabajador se encuentra bastante imposibilitado en el control o en la modificación de la situación laboral y de poner en práctica sus ideas con repecto a cómo ha de ser realizado el trabajo”.

Además, el juez también valora el informe del psiquiatra que ha tratado a la profesora desde 1992 que pone de manifiesto el “síndrome de desgaste personal” que sufre es debido a “la relación con su actividad y entorno laboral”.

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Europa Press

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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