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Una juez de Sabadell (Barcelona) ha imputado a un empresario téxtil por un caso de mobbing o acoso moral en el trabajo a una empleada que llevaba 27 años trabajando para él. La mujer, que sufre diversos trastornos por angustia y depresión, asegura que su jefe le ha hecho la vida imposible haciéndole trabajar “de todo”, desde tareas de secretaria, comercial, gerente o telefonista, teniendo que estar a su disposición las 24 horas del día, lo que ha provocado que haya sido declarada en situación de incapacidad laboral por depresión.

Fuentes jurídicas explicaron que este es el segundo caso de mobbing admitido por la vía penal en Catalunya, después de que el pasado mes de septiembre, un juez de Barcelona abriera diligencias contra un gerente de Telefónica por acosar a un empleado. En España, ya son varias las causas por acoso moral que se están tramitando por la vía penal.

Trabajar estando de baja

La trabajadora asegura que su jefe, M.A.C., de 54 años, administrador de Disvasconfec S.L., una empresa dedicada al sector téxtil de Sabadell, la obligó incluso a trabajar estando de baja llevándole en un taxi las tareas a casa y que la amenazaba e insultaba en público, lo que ha provocado que haya atravesado graves crisis de angustia y ansiedad y que presente trastornos de la personalidad, además de fobia al trabajo.

Asimismo, asegura que le prohibió ir al médico en horas de trabajo y que la amenazó con despedirla, rebajarle el sueldo o le dijo frases como: “que tenía que escoger entre sus hijos o su trabajo y que la dedicación al trabajo debía ser exclusiva”. La querella, que ha sido admitida a trámite por la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Sabadell, relata como el imputado le dijo que “era una inútil” y que no sabía “donde tenía la mano derecha”.

Lesiones y coaciones

En el auto por el que se admitió a trámite la querella, al que ha tenido acceso Europa Press, la juez afirma que los hechos denuncidos pueden ser constitutivos de “un supuesto delito de lesiones, coacciones y contra la libertad de los trabajadores”.

La mujer, que lleva más de dos años de baja laboral, empezó a trabajar para M.A.C., que además es su primo hermano, a los 13 años, barriendo en las oficina de Hispamoda, hasta que a los 17 años “ya llevaba la oficina y el almacén”. A partir de entonces, sus funciones empezaron a incrementarse paulatinamente sin que “realmente tuviera un horario”, asegura la mujer.

Sin embargo, el acoso moral se inició después de que la empresa cambiara de nombre y pasara a llamarse Divasconfec. En su declaración en el juzgado, la mujer explicó que no ha dejado el trabajo porque necesitaba el dinero para mantener a sus hijos, después de separarse de su marido, quien no le pasaba ninguna pensión. La empleada explicó que se llevaba trabajo a casa y que algunas noches ni siquiera dormía.

Funciones

La querella relata que la mujer estaba asegurada con categoría profesional de operaria de segunda aunque realizaba una serie de funciones “que van más allá de dicha calificación profesional, al encargarse de la atención telefónica a los clientes, control de talleres de confección, controlar las planchas, controlar el almacén a nivel de controlar los pedidos, controlar los stocks para saber qué había en el almacén, así como aquellos productos que estaban fabricados o en proceso de fabricación, y controlar las piezas que debían los proveedores”.

En la denuncia, presentada por el abogado de la mujer, Julián Suárez-Inclán, también se señala que la trabajadora “se ha visto sometida a un auténtico calvario y acoso ante la función de persecución que ejercía” el administrador “dirigida a que sus condiciones laborales y psicológicas fuesen de una presión de tal entidad” que la mujer “se viera abocada a abandonar la empresa para protegerse de dicha persecución y para proteger su integridad personal y psíquica”.

La mujer también asegura que el administrador nunca le dio “instrucciones concretas” sobre sus innumerables funciones, lo que ha sido aprovechado por el imputado “para recriminarle porque había realizado un trabajo y había desatendido otro, porque había estado todo el día hablando por teléfono, porque se había desplazado a las otras seis tiendas que tenían porque había encargado un pedido y no otro”.

La querella añade que “esta situación” le provocó un “estado de gran ansiedad y vergüenza” y comportó una “pérdida de autoestima” al “ignorar de qué manera debía trabajar en la empresa para evitar así la presión a la que venía sometiéndola diariamente el querellado”. La denuncia señala que la mujer ha tenido que pagarse médicos privados porque no podía acudir en horas de trabajo.

Maltrato psicológico

Esta situación de acoso y “maltrato psicológico” se agravó, según la querella, cuando la mujer le comunicó a su jefe que quería trabajar sólo ocho horas, lo que provocó que empezara a ser insultada y vejada en público por su jefe, según la querella. A partir de ese momento, la mujer empezó a acudir al médico de la Seguridad Social, que le recetó ansiolíticos, que toma desde hace dos años.

La hermana de la empleada también trabajaba en la misma empresa pero tras 24 años se marchó porque el querellado le amenazó con pegarla, según la mujer. La trabajadora denunciante asegura que el administrador era igual con todo el mundo, lo que motivó que diversos empleados se marcharan de la empresa “hartos de aguantar insultos”.

Declaración del imputado

El pasado mes de febrero, el empresario, prestó declaración ante la juez en calidad de imputado y negó que acosara a la trabajadora asegurando además que las horas extras las hacía la mujer “de forma voluntaria”.

El administrador afirmó que ésta trabajaba “siempre” en la empresa y que su función era la de administrativa, negando que haya tenido nunca algún problema con empleados. El imputado negó que la hubiera insultado o amenazado con despedirla o bajarle el sueldo.

Sin embargo, la mujer asegura que la humillaba delante de los compañeros o de clientes y que esta situación provocaba que “soñara con el trabajo” y que incluso haya pensado “en el suicidio”.

“El se ha quedado el dinero y la posición y yo la enfermedad y sin trabajo y encima no sé qué soy ni quien soy, y me han estado exprimiendo como a un limón y me he terminado”, añadió la trabajadora a Europa Press.

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Europa Press

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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