Los accidentes laborales constituyen una rémora para los tejidos económico y social de cualquier territorio. De hecho, su importancia se traduce en estadísticas que alertan de su creciente incidencia. En concreto, en los últimos cinco años, las empresas de Álava y sus plantillas han sufrido casi 97.000 siniestros en horas de trabajo. Así lo especifican los datos aportados al respecto por Osalan, Instituto Vasco de Seguridad y Salud laborales. Tales cifras reflejan una realidad oscura en la que 28 trabajadores al día cayeron en estado de baja laboral como consecuencia de los percances ocurridos en la provincia entre el inicio de 2001 y octubre del presente año.
Las estadísticas a veces son frías, pero no engañan. Del conjunto de incidentes laborales contabilizados en el periodo reseñado, 50.112 -el 51,6% del total-, fueron lo suficientemente graves como para obligar a los trabajadores que los padecieron a cesar en sus respectivas actividades al menos durante un día. Dichas bajas devinieron en el 99% de los casos descritos en padecimientos de carácter leve. El resto derivaron en 459 situaciones graves y en 59 fallecimientos.
En cualquier caso, lo cierto es que las estadísticas de Osalan dibujan un perfil definido sobre los sujetos que padecen en mayor grado la siniestralidad laboral. Los mismos acostumbran a ser hombres, ser empleados en sectores considerados tradicionales y a padecer los accidentes en sus respectivos lugares de trabajo.
Perfil del accidentado En concreto, las cifras de Osalan reflejan que el 80,5% de los accidentados que acabaron de baja entre 2001 y octubre de 2005 se correspondieron con empleados varones. Los datos también significan que en esos años el 92,5% de los afectados al sufrir un siniestro laboral lo padecieron en su lugar de trabajo habitual -el resto lo protagonizó in itinere- . Aparte, casi cuatro de cada 10 siniestrados lo fueron en sólo tres sectores de la economía alavesa -construcción, metalurgia y fabricación de productos metálicos y bienes de equipo-.
Dichas actividades también provocaron el 25% de los fallecidos en accidentes de trabajo en Álava en los últimos cinco años. Destaca al respecto la importancia de los datos que devienen de la actividad constructora en Álava, que se ha cobrado desde 2001 un total de nueve fallecidos. Junto a ellos, las estadísticas también certifican que en el periodo reseñado perdieron la vida cuatro operarios de empresas especializadas en la fabricación de productos metálicos, dos de firmas metalúrgicas y cuatro transportistas. Aparte, los números hablan de cinco fallecidos en accidentes en el sector comercial, dos en la agricultura y otros dos en la Administración Pública. A todos ellos habría que añadir trágicos desenlaces en percances acaecidos en sectores como los de actividades asociativas o los de labores sanitarias, venta de vehículos y similares, fabricación de material eléctrico, o en industrias textiles y alimentarias.
Otros datos a tener en cuenta hablan de la relación que existe entre el género del accidentado y la gravedad de sus lesiones. Al respecto, las estadísticas reflejan que a medida que crece el grado de la situación médica derivada del sinistro también progresa al alza el porcentaje de afectados varones. De hecho, éstos coparon el 80,4% de los siniestros leves, el 88% de los graves y el 90% de los fallecimientos.
Precisamente, en el caso de los accidentes laborales que acabaron con la vida del trabajador se da la circunstancia de que el 40,6% se produjeron in itinere. Entre esos siniestrados en ruta se encuentran las seis trabajadoras que perdieron la vida desde el año 2001.
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