Unas 70 personas fallecieron en una mina de carbón, en la provincia sureña china de Guangxi, que se inundó el 16 de julio. La catástrofe no fue difundida hasta ayer, cuando un diario del país publicó la noticia. Otros 130 mineros siguen desaparecidos y no parece probable que haya supervivientes.
Según publica el Diario de la Juventud de Shanghai, 200 personas se encontraban trabajando en el yacimiento del condado de Nandan cuando los túneles se vieron repentinamente inundados por el agua que se filtró desde otra mina cercana.
Los responsables de la mina ocultaron los hechos, llegando a amenazar a los periodistas chinos que se acercaron a las inmediaciones para informar sobre el suceso.
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