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La Unidad de Valoración Médica de Incapacidades de la Delegación Provincial de Salud detectó que un 40 por ciento de las bajas laborales que inspeccionó el pasado año se prolongaron «sin necesidad», según informó a este periódico el coordinador médico de esta unidad, Fernando de Palma. Aunque este responsable sanitario prefiere hablar de «abuso» antes que de fraude, De Palma reconoce que hay muchos y muy variados mecanismos fraudulentos a la hora de ausentarse de un puesto de trabajo. La Consejería de Salud efectúa cada año en Málaga una media de casi 10.000 controles sobre bajas laborales, que se realizan de forma directa -visitas en consulta o de los inspectores a los centros de trabajo-, así como de tipo indirecto, con los médicos de cabecera.

Permanecer de baja más tiempo del debido es una práctica frecuente entre los trabajadores malagueños. No se trata de fraude, según la propia Consejería de Salud, pero sí de «abuso» a la hora de ausentarse de un puesto de trabajo por causas de una incapacidad temporal. No en vano, de las casi 10.000 inspecciones realizadas en 2000 por la Unidad de Valoración Médica de Incapacidad (UVMI) sobre bajas laborales, el 40 por ciento se prolongaron sin necesidad.

Prueba de esta realidad es que en la mitad de estos casos, el alta se produjo antes de ser visto, es decir, cuando la UVMI citó al empleado para la inspección. Para Fernando de Palma, «esto es un indicio de conducta abusiva, aunque sólo podríamos hablar de fraude en el caso de que se fingiera la enfermedad». En el 20 por ciento restante, los inspectores de la Consejería de Salud tuvieron que dar el alta.

Desde el punto de vista patológico, las enfermedades que con más frecuencia motivan una baja laboral entre los trabajadores malagueños varían según la duración de la incapacidad. Así, en el caso de las bajas cortas -de tres días y que costea la empresa-, predominan las infecciones de las vías respiratorias altas. Patologías habituales dentro de este grupo de incapacidades son la gripe, la bronquitis y la faringitis.

En cuanto a las bajas superiores a tres días, la mitad son originadas por enfermedades de carácter depresivo (ansiedad y depresión) y las conocidas como osteomusculares del raquis (hernias de disco, lumbagos o artrosis), según los datos de la Consejería de Salud correspondientes al pasado año.

La Unidad de Valoración Médica de Incapacidades realizó durante 2000 un total de 9.600 controles directos sobre bajas laborales. Se trata de inspecciones mediante visita en consulta, o bien por la visita de los propios inspectores a los centros de trabajo. En cuanto inspecciones indirectas a través de petición de informe a los médicos de cabecera, la Junta realizó un total de 9.700 controles.

En Málaga hay en la actualidad 428.675 afiliados a la Seguridad Social, un dato correspondiente a enero de 2001 que, según el director provincial del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS), Rafael Marín, ha podido experimentar en los últimos meses un crecimiento cercano a los 2.000 afiliados. «Los últimos datos -dijo- nos revelan que ya se han pasado los 430.000 aunque aún no tenemos esta información cerrada».

El balance de la Dirección Provincial del INSS revela que el 60 por ciento de los trabajadores malagueños asegurados siguen en la Seguridad Social, frente a un 40 por ciento que contrata su cobertura a través de mutuas. El coordinador de la UVMI destacó en ese sentido el crecimiento de estas compañías en los dos últimos años, «un periodo -señaló- en el que han pasado de cubrir sólo los accidentes laborales a hacerse cargo también de la incapacidad temporal».

En el aspecto económico, las partidas destinadas a Málaga por el INSS al pago de las prestaciones por incapacidad temporal fueron de más de 12.514 millones el pasado año, según los datos facilitados por la dirección provincial de este organismo.

El importe para el régimen general ascendió a 2.975 millones mediante pago directo y a más de 5.857 millones a través del pago delegado, es decir, la modalidad en virtud de la cual la empresa abona la baja deduciéndola de la cotización del trabajador a la Seguridad Social.

La cobertura de incapacidad temporal para los trabajadores autónomos supuso para el INSS una partida superior a los 1.629 millones de pesetas. En el caso del régimen agrario, este gasto fue de más de 938 millones y en el régimen de hogar de casi 152 millones de pesetas.

En el capítulo de accidentes laborales y cobertura de enfermedad profesional, la Seguridad Social destinó el pasado año casi 166 millones de pesetas en la modalidad de pago directo y 469 millones en la de pago delegado. El gasto correspondiente a las entidades colaboradoras con el régimen general fue de casi 378 millones.

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Diario Sur

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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