La Fundación de la Comunidad Valenciana para la Prevención de Riesgos Laborales realizó ayer una demostración en Buñol del plan de formación que está desarrollando para fomentar la seguridad en el sector de la pirotecnia, con la finalidad de aumentar la seguridad de los trabajadores de este sector para transmitirles los valores, conocimientos y habilidades necesarias para realizar funciones específicas en materia de prevención.
La Comunidad Valenciana es rica en pirotecnia, pero cuando la pólvora suda o cuando el operario tiene el más mínimo desliz, el producto que se preparaba para el gozo en las fiestas, el petardo, se convierte en el enemigo de su creador y la tragedia ronda cerca: todo puede saltar por los aires.
El operario debe conocer cuál es el mapa de riesgos respecto a la lucha contra incendios en sus instalaciones y que, conforme a la Ley de Prevención de Riesgos Laborables, es obligatorio que las empresas elaboren un plan de emergencia y evacuación que garantice la integridad de sus trabajadores y la adecuación de sus instalaciones.
Lo ideal es que en cada pirotecnia de la Comunidad exista una persona que haya recibido formación específica para poder responder a los retos de un accidente y, sobre todo, para saber prevenirlos.
Para ello, la Escuela Mediterránea de Emergencia, ubicada en el polígono industrial de Buñol, es sede de unos cursos de implantación y mejora en las normas de seguridad de los planes de emergencia en la pirotecnia organizados por la Fundación, cuyo patronato la forman la Generalitat Valenciana, los sindicatos UGT y CC.OO. y Cierval.
“La gente ha respondido con mucha responsabilidad’, dijo ayer el director general de Trabajo y Seguridad Laboral, Román Ceballos, en la demostración práctica de cómo los alumnos se enfrentan con valentía, tanto hombres como mujeres, a una hipotética explosión e incendio de una pirotecnia.
Veintidós alumnos, con el monitor, aprenden a acercar el extintor de incendios sobre la base del fuego, a barrerlo de cerca y evitar males mayores. Son novatos, pero le ponen empeño. El curso tuvo una primera edición con 16 alumnos en octubre y una segunda ahora.
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