Señores: porque creen que es importante trabajar con seguridad?” Cuando hago esta pregunta, normalmente un silencio profundo se posa sobre la sala de reuniones, donde puntualmente se reúne el personal que se dispone a comenzar su jornada laboral, diurna o nocturna.
Las miradas de cuñeros, encuellador, perforador, soldador, aceitero, obreros de patio y demás personajes que están reunidos, esperando la “charla de seguridad”, se tornan confundidas y en sus expresiones se puede adivinar lo que piensan: “que le pasa a este man?, “que pregunta tan tonta!” , “Bueno, que se apure, porque toca ir a relevar a los compañeros”, “pues obvio que es importante”. Sin embargo, nadie responde.
Al ver esto insisto: “Bueno díganme, porque creen que es importante trabajar con seguridad?” Nuevamente silencio. Pero de pronto se escucha un rumor y los pensamientos que tenían se materializan en palabras y cuchicheos solo audibles para ellos, hasta que alguien se decide: “Pues hombre, ingeniero porque a nadie le gusta tener un accidente!” “Claro”, les digo “y por que más?” -Por mis hijos y mi mujer- responde alguien. Y por el caimán replica otro, en medio de las risas de todos. -Por uno mismo y por los compañeros – Por la empresa. Porque si todo sale bien, va a haber más trabajo para todos Al llegar a éste punto les hago ver, que a pesar de parecer una pregunta simple tiene su razón de ser.
Viendo que están “encarretados” con la charla, aprovecho sus opiniones para decirles lo siguiente: “Miren señores, resumiendo lo que ustedes me dicen, podemos sacar la siguiente conclusión: Cuando ustedes salen hacia el pozo, dejan en la casa una familia, una mujer y unos hijos que los quieren tener de nuevo en el hogar, de la misma manera en que los están viendo irse: sin nuevas lesiones ni fracturas, ni raspones ni quemaduras, ni siquiera un rasguño. Quieren verlos de nuevo con todas sus partes y no recibir una llamada en la que se les comunique que algo les ocurrió, por leve que sea, pues ustedes son la base de ese hogar y de la misma manera en que ustedes hacen el sacrificio de trabajar lejos y en condiciones que muchas veces no son fáciles, ellos también sufren por su ausencia y lo único que desean es que cada uno de ustedes regrese sano y salvo, para compartir el tiempo de descanso. Además como dicen ustedes, a nadie le gusta accidentarse. Si uno está concentrado en su trabajo, tengan la plena seguridad que se evitarán muchos accidentes tanto a uno mismo como a los c ompañeros. O a alguno de ustedes les gustaría cargar en la conciencia el hecho de lesionar a un compañero, un amigo?.
Aquí todos somos un equipo y como tal, cada una de las partes tiene su función y su importancia. Si una de los componentes falla, todo el equipo tendrá inconvenientes. Este es un trabajo riesgoso y tenemos que cuidarnos entre todos”. ” La gente quiere contarme entonces, muchas experiencias vividas en carne propia, o de las que se enteraron porque le pasó “a mi, a un primo soldador, al amigo de un compañero del perforador que trabajaba en.” y que terminaron trágicamente por no haber obrado de una manera segura. Y entonces nos damos cuenta que muchas veces, esas situaciones se pudieron haber evitado. “Además, la empresa que nos contrató, lo hizo porque además de buenas personas, somos excelentes trabajadores. Y creen en nosotros. Y consideran que el éxito de la operación no sólo está en hacer las cosas de acuerdo a lo planeado y bien hechas sino que además, al final de la labor se pueda reportar orgullosamente que no se presentaron incidentes ni accidentes durante la operación. Piensen que en la medida en que demostremos nuestro compromiso con nosotros mismos, nuestras familias, nuestros compañeros y nuestra empresa, vamos a desempeñar mejor nuestras tareas y a conseguir que en los futuros proyectos seamos tenidos en cuenta”.
En éste punto me doy cuenta que podríamos quedarnos una o dos horas más hablando sobre el tema. Veo que cada una de las personas está reflexionando sobre lo que se ha dicho y que tienen la determinación de trabajar con seguridad. Y sonrío satisfecho. Al fin y al cabo la pregunta no era tan tonta.
Andrés Eduardo Cely Granados
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