Me dirijo al trabajo en mi automóvil son las 07:30 Hrs y voy escuchando la radio, me llama la atención los reportes tan repetitivos de accidentes de tráfico, que cuando menos hay uno todos los días.Llego al trabajo, saludo a mis amigos y me integro con entusiasmo a mi labor tan interesante que consiste en compartir y multiplicar el conocimiento con mis alumnos. A las 09:30 hrs en el receso del café, escucho la radio nuevamente:
¡Un accidente grave en la desviación cerca de Sabancuy! un tráiler al hacer maniobras obstaculiza la vía y se impacta un automóvil, provocando muerte y dolor que enlutan a una familia Carmelita.
Accidente muy similar al ocurrido hace poco tiempo entre un tráiler y un automóvil neón a la salida de Carmen-Pto. Real, que provocó dolor y sufrimiento a una familia Veracruzana.
Al día siguiente aparece la noticia en primera plana del periódico… tiene sangre, trae dolor, trae sufrimiento: dos muertos y nueve heridos en accidentes viales. Me parece ver el momento del accidente, me parece ver la vida de las personas que ha sido arracada de golpe, y me pregunto: ¿hasta cuando?
Será que ya dejamos de sentir el dolor ajeno, será que nos sentimos invulnerables, será que no nos importan los huérfanos, las viudas, los discapacitados, será que ya estamos dispuestos a pagar con sangre el precio de usar un automóvil como un tributo inevitable y me pregunto: ¿hasta cuando?
El Estado asumirá su función rectora y no ser visto por la ciudadanía como una entidad recaudadora, debiendo dar prioridad al bienestar público y la tranquilidad social.
¿Hasta cuando?
Obtener una licencia será un trámite administrativo, debiendo ser una evaluación que demuestre que el solicitante es competente y capaz de conducir con responsabilidad y prudencia.
¿Hasta cuando?
El líder de opinión, asumirá su postura de líder, y se preocupará por que el ciudadano que lo puso en ese lugar privilegiado; Se encuentre libre de lesiones, debiendo participar activamente para que el ciudadano sea orientado y educado hacia un comportamiento seguro, enseñando con el ejemplo.
¿Hasta cuando?
Las instituciones educativas de nivel básico, medio y superior, consideraran la educación vial como parte de su responsabilidad social y desarrollo de sus jóvenes estudiantes para tener ciudadanos competentes y capaces.
¿Hasta cuando?
Seguiremos con las carreteras sin señalamiento, con curvas peligrosas, con fallas en su trazo, con baches y falta de mantenimiento.
¿Hasta cuando?
Las empresas darán: jornadas de 8 horas o menos a sus chóferes, unidades en buenas condiciones, seguro vigente y capacitación para un mejor desempeño.
¿Hasta cuando?
Será que como automovilistas asumamos la responsabilidad tan grande que es conducir un vehiculo con prudencia y cortesía.
¿Hasta cuando?
Levantaremos la cara, solicitaremos y exigiremos como ciudadanía a los responsables de tomar las acciones de proponer, de decidir, de legislar, aplicar y educar, de poner un alto a este tributo en sangre y sufrimiento que agobia a nuestra sociedad.
Hoy es el día en que solicitemos a nuestras autoridades, a nuestros líderes, a nuestros medios de comunicación, a nuestras empresas, a la sociedad a que participemos activamente para prevenir esta epidemia que diezma a nuestra sociedad.
Como:
A).- Invirtiendo en educación vial por medio de campañas orientadas hacia la educación de la ciudadanía.
B).- Siendo estrictos en el trámite de licencias, con evaluaciones de habilidad, conocimiento y aptitud.
C).- Incluyendo en la educación media y superior el manejo defensivo como parte de su programa educativo.
D).- Eliminando los cuellos de botella en las rutas viales criticas, conocidas como puntos negros.
E).- Aplicando a la planificación urbana las consideraciones de vialidad.
Raúl Alberto Peniche Mendoza
Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
