El estrés laboral es la enfermedad ocupacional más representativa en la actualidad y puede tener implicaciones psicológicas, fisiológicas y de comportamiento.

Esta enfermedad puede suponer insatisfacción laboral, ansiedad, quejas o insomnio, así como una presión sanguínea elevada o incremento del colesterol, además de incrementos en la conducta vinculados con fumar, comer, ingerir bebidas alcohólicas o en un mayor número de visitas al médico.

Según el estudio “Factores psicosociales en la prevención de riesgos laborales: el estrés ocupacional”, realizado por UGT-PV, los posibles factores estresantes que existen en el medio laboral comprenden aspectos físicos, de organización y contenido de trabajo, y los inherentes a las relaciones interpersonales de trabajo, entre otros.

Si existe un equilibrio entre las condiciones de trabajo y el factor humano, el trabajo puede incluso crear sentimientos de confianza en uno mismo, aumento de la motivación, de la capacidad de trabajo y una mejora de la calidad de vida.

Por contra, un desequilibrio entre las exigencias del medio, por una parte, y las necesidades y aptitudes por otra pueden generar una mala adaptación y la presentación de respuestas patológicas de tipo emocional, fisiológico y de comportamiento.

Efectos del estrés

Los efectos del estrés ocupacional son diversos y pueden ser directos y secundarios. Entre ellas se encuentran las consecuencias psicológicas, como la ansiedad, apatía, depresión, fatiga, frustración, baja autoestima y nerviosismo; y los fisiológicos, como el aumento de las catecolaminas y corticoides en sangre y orina, la elevación de los niveles de glucosa, incrementos en el ritmo cardíaco, dificultas para respirar o entumecimiento.

Además se registran efectos conductuales, como propensión a sufrir accidentes, arranques emocionales, excesiva ingestión de alimentos o pérdida de apetito, consumo excesivo de alcohol o tabaco, excitabilidad o inquietud; y cognoscitivos, que pasan por incapacidad para tomar decisiones y concentrarse, olvidos frecuentes, hipersensibilidad a la crítica y bloqueo mental.

El informe señala también que el estrés puede provocar consecuencias en la organización del trabajo, como absentismo, baja productividad, alto índice de accidentes, antagonismo e insatisfacción.

Entre los factores que pueden producir estrés ocupacional, se encuentran el ambiente físico (ruido, condiciones de higiene, espacio de trabajo), contenido de la tarea (trabajo en cadena, ambigüedad de las funciones, responsabilidad elevada, sobrecarga o falta de trabajo), relaciones interpersonales y de familia y organización del tiempo, entre otros.

En el estudio se aconseja a las empresas el diseño de programas de salud laboral que permitan identificar las prioridades y los factores de riesgo que afectan a la salud de los trabajadores, así como dirigir los esfuerzos hacia metas reales para controlar el estrés, que constituye la enfermedad más representativa de los últimos años.

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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