Es la fase en la cual tendremos conexión directa con el personal “implicado”, con lo cual en las formaciones deberemos cumplir una serie de requisitos fundamentales que si no se siguen, todo el trabajo realizado hasta el momento será poco válido porque nos faltará aquél elemento fundamental llamado “implicación emocional”.De ahí que se introducen una serie de sentencias y a continuación se desarrollan:

Formación específica

Cuanto mas individualizada es la formación, mas receptiva resulta:No vamos a descubrir nada nuevo si decimos que a un sujeto cuya afición sea el teatro moderno, le hablamos de Shakespeare, probablemente nos va a prestar poca o ninguna atención ya que aunque el teatro sea su temática de interés, le estaremos hablando de algo tan distante dentro del mismo concepto que no irá con él. Por lo tanto, al minuto uno esta persona estará ahí, pero su mente estará perdida en otro punto menos en el nuestro.

En las formaciones de PE sucederá lo mismo, es decir, si a un auxiliar de clínica, enfermero/a de una unidad o servicio determinado, le hablamos del PE en forma genérica o equivocada: sobre como se ha diseñado el PE, qué método se ha utilizado para analizar la carga calorífica, donde están los extintores en el hospital o en cualquier otra planta diferente a la suya, cuales serán las funciones del personal de mantenimiento, etc. es decir, todo aquello que afecta en el PE pero que no es esencial para ellos EN ESE MOMENTO como trabajadores de una unidad o servicio, a este auxiliar o enfermero/a lo habremos perdido y no estará donde nos interesa que esté y lo mas importante, su implicación será nula.

Evidentemente que se han de dar trazos muy simples y rápidos sobre como actuarán cada uno de los intervinientes y como funciona el PE de forma genérica, pero se ha de enfocar la formación a lo mas específico, es decir, hablando de su unidad o servicio en particular, que es lo que realmente les interesa y les implica emocionalmente:

• Poner planos específicos de la unidad o servicio que se está formando.

• Identificar y localizar las posibles emergencias de su unidad.

• Identificar y localizar los medios extintores de su unidad.

• Tratar los puntos fuertes y débiles de la misma.

• Tratar ejemplos de formas de evacuación según la tipología de pacientes que este personal tenga a su cargo.

• Contemplar situaciones específicas con necesidad de evacuación, etc.

Formación global por unidades o servicios

Este segundo apartado irá ligado al primero. Las formaciones no se deberán realizar separando al personal sanitario del centro por categorías profesionales. Si lo hiciésemos, trataríamos el PE por categorías y no por unidades, con lo cual teniendo en cuenta que el tipo de pacientes y sus características (orientación, dependencia, gravedad, etc.) variarán según la unidad o servicio, no cumpliríamos nuestro máximo objetivo, que es tratar a cada grupo en particular.

Por supuesto que las formaciones serán más cuantiosas y la cantidad de tiempo que se invertiría (que no perdería) sería mucho mayor, pero el fruto se obtendrá cuando se vea la actuación del personal en los simulacros posteriores y no sólo eso, si no también la implicación que tendrá el personal durante la formación y a posteriori.

Exposición sobre los medios de extinción

Como punto de partida, en una formación sobre PE nos interesa que el personal tenga nociones teóricas sobre medios de extinción.

Depende de cómo se introduzca. Obviamente que nos interesará que el trabajador tenga nociones sobre como utilizar un extintor o una BIE (Boca de Incendio Equipada). Pero si le empezamos hablando del tetraedro del fuego, el combustible, el comburente, la tabla de eficacia según el tipo de extintor etc. a no ser que le interese especialmente el tema, le pasará lo mismo que a aquel aficionado al teatro moderno que le hablamos de Shakespeare.

Pero, ¿y si le introducimos los medios de extinción como aquellos eternos desconocidos que pasamos por delante de ellos miles de veces y no tenemos ni la mas remota idea de cómo funcionan? No sólo eso, si no que además no sabemos ni donde están, porque muy probablemente que si les hacemos la pregunta de cual es el medio de extinción mas cercano que tienen a su alcance o donde están los medios de extinción de su unidad o servicio, un número elevado de trabajadores no sabrán responder a esta pregunta. La curiosidad es la forma para atrapar al trabajador y hablar de este tema.

En este momento les podemos introducir unas nociones básicas sobre medios de extinción: Tipos de extintores que tienen en su unidad o servicio y para qué tipos de fuego servirán, tipos de BIE’s que tienen en su unidad o servicio, forma de uso de los medios de extinción que tienen a su alcance. Pero repito nuevamente, no les hablemos de tetraedros de fuego ni de tipos de extintores que no los tienen en su unidad, ni de revisiones o retimbrajes, ni de leyes, etc. porque toda palabra que digamos de más y que nos parezca que sirve como complemento, únicamente servirá para trabajar en balde y hacer desconectar al trabajador.

Responsabilidades con los pacientes a cargo

Un momento complicado y que induce a comentarios en las formaciones en PE es cuando se habla sobre las obligaciones del personal de las unidades con los pacientes de la misma. Se plantea a los trabajadores la posibilidad de una situación de emergencia (p.e. un incendio) que requiera la evacuación de la unidad, una unidad con pacientes dependientes que precisen de los trabajadores para salir de la misma.

Siempre nos sorprenderá aquel trabajador que lleva prestando durante numerosos años sus servicios en una unidad con pacientes de larga estancia, el cual ha adquirido el rol de “padre” o “madre” de sus pacientes. Este trabajador sin duda alguna responderá positivamente indicando la necesaria implicación del personal en evacuar al máximo de pacientes posibles de la unidad, y responderá así en base a unos principios éticos y morales pero sobretodo por una atadura emocional con sus pacientes. Este trabajador, en caso de una necesaria evacuación, incluso pecaría de exceso poniendo su vida en peligro. Por supuesto que éste no será el ejemplo habitual ni tampoco el modélico ya que por exceso se puede llegar a perder la vida.

El ejemplo armonizado, en mayor o menor grado, sería el que tendría como común denominador la frase: “Yo, si pasa algo, les dejo y me voy corriendo”. Esta frase aún y resultando un desentendimiento de sus responsabilidades va dirigida sobretodo a una necesidad de autosuficiencia, que iría ligada básicamente y hablando mal y claro “a salvar nuestro trasero” por delante de todo. Hasta cierto punto puede resultar compresible que se diga, aún así se ha de redirigir al profesional indicando que, sin llegar a poner sus vidas en peligro, se debe cooperar para llegar a una evacuación el máximo de completa posible. Y el formador puede hacer un filón muy sencillo y accesible: el legal, es decir, la no cooperación en la ayuda llevaría al profesional a incurrir en omisión del deber de socorro, pudiendo llevar incluso a responsabilidades penales. Pero ¿realmente nos interesaría utilizar este filón para hacer entender que se debe cooperar en la evacuación de pacientes en caso de emergencia? Si queremos llegar a una implicación emocional del personal en todo el proceso no nos interesa llevarlos a la coacción, el personal no sería receptivo. Cumplirían con las indicaciones por supuesto, pero siempre por el miedo a que el mazo legal pudiera afectarles.

La forma de llegarles de manera que actuasen desde la implicación sería por dos vertientes interconectadas: la responsabilidad ética y moral de sus profesiones en pro del cuidado del enfermo y el lado humanista que todos tenemos. Si sucediese una emergencia en una unidad de hospitalización donde estuviese ingresado un familiar propio, seguro que les gustaría que en ese momento estuviese rodeado de profesionales implicados en la situación. Si somos capaces de llegarles a hasta el punto que empaticen con ello, habremos ganado un profesional implicado emocionalmente y no por obligación.

Tal y como decíamos al final de la fase de diseño, si no se continúa a la siguiente fase, la de simulacros o entrenamientos prácticos, no habrá servido para nada y todas las horas utilizadas se considerarían perdidias y no invertidas.

Si no se ensaya lo aprendido tiende hacia el olvido, y más algo como el PE que al ser un procedimiento que generalmente no se usa, tiende a olvidarse en mayor grado.

Con lo cual se han de pasar a la siguiente fase, que es la de poner en práctica aquello aprendido.

Extracto del artículo publicado en la revista Prevention World Magazine nº 29

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David Martín Vilanova – Graduado Superior en Prevención de Riesgos Laborales

Fuente Prevention World Magazine nº 29

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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