Como bien sabemos, el Plan de Emergencia empieza siempre en su fase de diseño, en la cual las altas jerarquías piden que se confeccione un “tocho” que servirá para hacer frente a cualquier emergencia.

Con lo cual un Plan de Emergencia nunca se podrá empezar si no es con una implicación, traducida en concienciación, de las altas jerarquías de la empresa. Esta concienciación deberá ser trasladada de forma imperativa hacia los estamentos inferiores de la empresa (mandos intermedios, servicios generales, etc.) los cuales deberán hacer fácil la detección de necesidades en pro de una buena consecución del Plan de Emergencia (PE en adelante).

La detección de necesidades se hará realizando un informe/estudio exhaustivo de cada una de las unidades y servicios del centro, en el cual siempre intervendrá el mando o coordinador en su respectiva unidad o servicio. Este estudio implicará el trabajar cada una de las características de la unidad relacionadas directamente con el PE (estructura, salidas y accesos, número de personal en cada uno de los turnos, tipología de paciente, ocupación, visitantes y horario de visita, medios de extinción, etc.)

En este primer momento es donde, haciendo uso de las buenas dotes de cada uno, cambiaremos la concienciación imperativa traslada por las altas jerarquías a los mandos intermedios en implicación personal de cada uno de ellos. Y se hará siguiendo una serie de pautas de conducta que a menudo no son seguidas por los profesionales técnicos y hacen que, aún y habiendo hecho la detección de necesidades de forma correcta con los mandos intermedios, no habremos conseguido su implicación, con lo cual habremos conseguido el trabajo técnico pero no el emocional, que resultará tan importante como el técnico. Estas pautas de conducta irán encaminadas a contar con los mandos intermedios (de cada uno de los departamentos de la misma unidad) en todo momento durante la detección de necesidades, a explicar con toda claridad cual es la finalidad de este análisis, a tener un feedback continuo y grupal de forma que la detección de necesidades sea a todos los niveles profesionales, a trasladarles que la posibilidad de una emergencia no es ficticia, etc.

Igualmente para los trabajadores de la unidad sin labores de mando también se deberá hacer un inicio de su implicación en esta fase. Ocurre a menudo que en la fase de diseño se les deja de lado, contando únicamente con la participación de los coordinadores. Esto provocará que desde un primer momento tengan la conciencia de que el diseño no va con ellos, con lo cual resultará más complicado implicarlos en fases posteriores. Una primera comunicación con el personal de a pie, informando de como se va a proceder y pidiendo la colaboración para la detección de necesidades puede resultar de gran valor para una implicación primaria, resultando además una información de gran valor ya que ellos, los trabajadores de cada una de las unidades y servicios, serán los directamente implicados y los que deberán ejecutar cada uno de los procedimientos establecidos.

Es en esta fase también donde se procederá a hacer un análisis de los puestos de trabajo “generales” que también intervendrán en las actuaciones de emergencias como podrían ser la recepción, seguridad del centro, etc. A estos puestos de trabajo se procedería igual que con los trabajadores de las unidades, es decir, pidiendo colaboración en la detección de necesidades, cuestionándoles como y en qué fase de la emergencia intervendrían ellos, puntos débiles y fuertes, etc.

Igualmente se trabajará desde un punto de vista más técnico con los encargados de la instalación de detectores, medios de extinción, etc.

De esta manera tendremos una cantidad importante de información obtenida desde todos los puntos de la organización: Gerencia, mandos intermedios y coordinadores de unidad, puestos de trabajo “generales” (recepción, seguridad, etc.), trabajadores de a pie de cada una de las unidades y servicios, etc. Cada información desde un punto de vista muy diferente: desde un coordinador que será más global de unidad como organización pasando por un médico, enfermero/a, auxiliar, etc. que será más específico de la unidad en concreto, hasta el personal de recepción o seguridad con su punto de vista externo a las unidades.

Con toda la información recabada se tendrán suficientes datos como diseñar un plan de actuación ante emergencias tratado a todos los niveles y jerarquías de la organización.

Un PE que a menudo en según que organizaciones se queda ahí, en un “tocho” encerrado en un cajón, sin llegar a la fase de difusión. Evidentemente que este PE y todo el trabajado realizado anteriormente, intentando recabar datos e implicando al personal no habrá servido de nada y habrá sido en balde.

Extracto del artículo publicado en la revista Prevention World Magazine nº 29

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David Martín Vilanova – Graduado Superior en Prevención de Riesgos Laborales

Fuente Prevention World Magazine nº 29

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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