Podemos decir que el criterio es la capacidad de discernir entre lo bueno y malo para elegir la mejor alternativa.
¿Es la palabra que normalmente usamos cuando alguien hace lo correcto?. Por el contrario la usamos más frecuentemente cuando no lo hace.
“No tiene criterio”, “No usa bien el criterio”, etc. También escuchamos “no tiene sentido común”.
Ahora ¿que comprende el criterio?
– La búsqueda de la verdad sobre un objeto, su comprensión en su escena específica, el contenido, el sentido de ser, el entorno son elementos a tener en cuenta a la hora de juzgar.
– El conocimiento del hecho u objeto a través del estudio del mismo.
– La visión del hecho que se agranda o se estrecha en relación la formación e información que se tiene. Es común que se diga que “el árbol no lo deja ver el bosque” o que “no ve mas allá de su nariz” en alusión a que todo lo que no ve no existe cuando se tiene una visión corta. También se divaga cuando se ve más de lo que existe fantaseando o alucinando.
– La atención aplicando la mente al objeto. Sólo una atención completa hace a su comprensión.
– La percepción con todos nuestros sentidos y el análisis posterior. Armar nuestro puzzle mental con lo percibido.
– El talento innato hacia la tarea.
– El entendimiento para saber por qué y para qué es.
– La empatía. Para ver la otra cara. Ponerse en la otra vereda.
– La lógica del hecho.
– El sano juicio y el juicio positivo.
– El poder del razonamiento. El seguimiento de los hechos para llegar a una conclusión a través de la inteligencia.
– La educación. En la formación personal y profesional.
– La prudencia aplicada a no prejuzgar ni a llevarse por las apariencias.
– El conocimiento del tiempo y espacio donde se desarrolla el juicio.
– El análisis de la información recibida.
– La conformación de la idea. A modo de atajo para la resolución del problema.
– La experimentación del hecho. El poder del ejemplo.
– La creatividad para resolver.
– La invención de alternativas.
– Los valores éticos y morales adquiridos. Orientan hacia una decisión correcta.
Pero si decimos que el criterio es la capacidad de discernir entre lo bueno y malo para elegir la mejor alternativa no podemos obviar que la alternativa debe ser práctica. No debe caer en divagues ni en soluciones burocráticas. Por eso la respuesta debe ser clara, precisa y exacta. Una respuesta con buen criterio ahorra tiempo y fatiga.
Todo esto por lo general se debe resolver en muy corto tiempo y quien sea un erudito del tema aplique un mejor criterio.
También escuchamos ” no tiene sentido común”. La RAE lo define como Modo de pensar y proceder tal como lo haría la generalidad de las personas.
¿En que se basa el sentido común? En los valores, usos y costumbres, conocimientos en general, en lo práctico y en la lógica. Pero también en características del criterio.
No todos tienen el mismo criterio sobre un hecho. No todos tienen la misma visión o información, origen, formación, etc.
Quienes nos desarrollamos en el área de Seguridad estamos permanentemente aplicando criterios en los controles, en opiniones, en el asesoramiento y en las medidas que aplicamos a nuestra tarea. Juzgamos a los demás y a la vez nos juzgan por la falta de criterio. La falta de interés por aprender en ambos sentidos es por demás evidente y se opina de lo que no se conoce. Obviamente tenemos distintas visiones del problema.
Pero hay algo en la aplicación del criterio aun no mencionado. La flexibilidad.
Generalmente se tilda de falta de criterio a quien no es flexible en el cumplimiento de una norma, regla, orden o consigna. Lo que no vamos a encontrar nunca son las excepciones a la regla, herramienta fundamental para ser flexible. No hay una verdad absoluta. Siempre debemos estar abiertos a nuevas experiencias y situaciones.
Un niño pequeño tiene ganas de orinar y no puede aguantar. Su padre que está haciendo la cola para pagar sus productos en la caja del supermercado pide permiso para llevar al niño hasta el baño que se encuentra justo frente a esa caja. La respuesta que recibe es que tiene que dar la vuelta y salir por la salida sin compras que se encuentra unos 30 metros. El hombre camina unos 60 metros para llevar el niño al baño y no llega a tiempo. La persona ofuscada abandona la compra y realiza la queja correspondiente. El resultado: Falta de criterio del personal de la empresa, de la norma y de quien escribió la norma de la empresa, de quien está a cargo de la empresa y de la empresa. Como en éste ejemplo vivimos renegando de situaciones similares. “disculpe pero el horario de atención es hasta las 11:00 hs” siendo que a las 11:01 hs llegamos a la ventanilla y hace más de tres minutos que entramos al lugar.
El criterio se puede formar si cumplimos con algunos pasos fundamentales.
La formación permanente, el ejemplo, la práctica y el ejercicio sobre distintas hipótesis, el seguimiento sobre lo aprendido y la evaluación para determinar si la persona está en condiciones de cumplir la tarea.
¿Qué haría usted si ….? ¿Cómo debería actuar uds. si ………………….? ¿Por qué?
Pero también se debe llevar una planificación sobre el personal que se tiene a cargo, la madurez laboral y la formación recibida.
Es común ver vigilantes que sin experiencia o conocimiento del tema cubren puestos, hacen cumplir normas o consignas sin tener formado el criterio. También lo es escuchar que “de los errores se aprende” o “que se debe hacer en el puesto”, etc. En éstos casos el criterio está ausente en quien dirige.
No sólo una buena selección a la hora de incorporar personal garantiza que viene con un criterio incorporado. Un doctor seguramente tiene más criterio sobre un tratamiento médico que un arquitecto, y a su vez el médico no tenga criterio sobre un proyecto edificio.
Quien no tiene trato fluido con clientes no va a tener el criterio que tiene un operador de un Call Center a la hora de atender una reclamación. Las personas indefectiblemente deben prepararse para afrontas sus tareas. Quien dirige debe velar por la formación de sus bases. Y esa todavía es una materia pendiente.
Patricio Morales – Argentina
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