A continuación presentamos unos consejos para enfrentarnos a los movimientos telúricos en el lugar de trabajo. Los que trabajamos en el Edificio de Servicios Públicos de Arica (Chile), estamos acostumbrados a observar que durante los sismos, de cierta intensidad, cunde el pánico en todo el personal laboral, provocando una alarma generalizada donde se pierde el control. Se bajan las escalas antes de que el sismo termine, olvidándose de las recomendaciones y normas de prevención de riesgos y seguridad, exponiéndose a sufrir caídas o resultar contusos o golpeados con algunos de los elementos o materiales que se desprenden en estos casos.
Las recomendaciones en este sentido, indican que en caso de sismo lo más seguro es permanecer en los lugares de trabajo, en los propios hogares, o en zonas de seguridad determinadas previamente y que no sean bajo los marcos de puertas, ni debajo de escritorios u otro tipo de muebles, reafirmando, en este sentido, la peligrosidad de bajar escaleras durante el desarrollo de un temblor.
En efecto, los conceptos han ido cambiando y desde hace algún tiempo se viene hablado del “Triángulo de Vida” como el lugar más seguro para no resultar herido y salir ileso tras un movimiento telúrico de gran intensidad. El “triángulo de vida” no es otro, que el espacio que se encuentra vacío al lado de cada mueble. Está demostrado que mantenerse tendido al lado de un mueble es más confiable que permanecer debajo de él.
Si usted está en su cama durante la noche y sucede un terremoto, simplemente ruede hacia el suelo hasta el espacio vacío que existe alrededor de la cama. La posición fetal, que adoptan de modo natural, guaguas, perros y gatos, es la más adecuada de mantener en estos casos.
Cuando un edificio colapsa, el peso del techo cae sobre los objetos o muebles aplastándolos, pero queda un espacio vacío al lado de ellos, ese espacio es el “triángulo de vida”.
Si esta viendo televisión y se produce un terremoto, simplemente déjese caer al lado del sofá o de su sillón preferido.
Pese a que Chile es un país “sísmico”, uno nunca se acostumbra a recibir calmadamente este tipo de fenómeno. Es tan sobrecogedora la energía que libera cualquier sismo de cierta intensidad, frente a ello es tal nuestra pequeñez e impotencia, que no nos queda más que aceptar estas fuerzas incontrolables de la naturaleza de la manera más digna y segura. Así que amigos lectores, saquemos fuerzas de flaqueza enfrentando el próximo sismo que nos toque vivir utilizando la prevención como medio para actuar de forma controlada.
El saber que hacer estos casos hará que elijamos mucho mejor los lugares donde guarecernos ante sismos. Si la familia es numerosa tendremos que fijar un punto de encuentro, a la vez que tendremos que seguir un procedimiento como comprobar fósforos o almacenar agua y alimentos no perecibles, en fin, aunque nos parezcan majaderías, respetemos estos consejos.
Héctor Valdebenito Larenas – Chile
Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
