En Seguridad, es un uso muy común ocuparse y preocuparse por las condiciones de operación de tal o cual equipo, herramienta o instrumento. Es un hecho cierto que las condiciones inadecuadas de conservación u operatividad de las maquinas, herramientas o equipos ocasionan accidentes a quien los usa u opera. Es menester también mejorar las condiciones del ambiente que contribuyan a realizar un trabajo en el tiempo y costo estimado y sin accidentes.

OK, así es como ha sido visto este, nuestro apasionante trabajo, la ultima década. Mal enfocado. La Ingeniería ha avanzado, sin un Norte preciso, afirmando que la seguridad solo puede ser lograda con Ingeniería, renunciando al principalísimo enfoque que plantea hoy la Psicología. Prueba de ello es que las áreas encargadas de la seguridad en las empresas están a cargo de Ingenieros Industriales, Ingenieros de seguridad Industrial, Ingenieros de Medio Ambiente, Ingenieros de Higiene, Ingenieros de Minas, Ingenieros Forestales, Geólogos, Bomberos, ex-militares, ex–policías, administradores, o supervisores antiguos, pero menos por quien debe estar a cargo. Pero, cual es el enfoque correcto?

Sabemos que los accidentes se originan en su mayoría (90% a más) por error humano y que entonces los esfuerzos para que se eviten accidentes o lesiones deben dirigirse al ser humano más que a las maquinas y a las condiciones de ambiente. Esto es una verdad innegable. Entonces porque omitir algo tan fundamental.

Cabe pensar entonces cuantas vidas se han podido salvar si la prevención de accidentes hubiera sido tomada a partir de la psicología y teniendo como complemento importante a la ingeniería, administración, etc. Cabe entonces pensar cuantas vidas podemos salvar a partir de un firme cambio de enfoque.

Lo planteado no es algo ilógico. Estamos equivocando el objeto de estudio y dejando de lado la fuente de solución de casi todos los factores de riesgo presentes en las actividades laborales. No debemos continuar con este “Status Quo”? Tal vez hasta aquí este artículo sorprende y no es completamente comprendido, y sorprenderá tal vez más al ingeniero aprendiz que cree haber hallado la carrera que cubre realmente su vocación de servicio.

Hasta aquí es necesario revisar el concepto seguridad. La seguridad es un sentimiento, es una percepción; la seguridad no es un objeto o una condición tangible. La seguridad es una emoción. Es un estado subjetivo resultante de la aplicación de elementos o actividades tangibles previas, como lo son una inspección, una protección, un procedimiento, etc.

Antes que hablar de seguridad debe hablarse de Prevención. Es por ello, que los mayores esfuerzos deben estar dirigidos a tratar el factor humano interviniente en los accidentes. No se debe estar de espaldas a la realidad, a lo tangible, desdeñando el valioso aporte de la Psicología. Dejando de lado y sin desarrollar la Percepción del Riesgo en el ser humano, siendo la clave de la solución.

Los colegios profesionales de psicólogos deben hacer eco de esta propuesta. Es una oportunidad para cubrir una necesidad real y darle al psicólogo el valor que otras actividades profesionales también erróneamente desdeñan. La prevención de accidentes sin Psicología, sin las técnicas que modifiquen la conducta humana, sin las técnicas que motiven o generen el cambio actitudinal, no previene.

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Luis Santiago Asunción Valverde – Luis Asunción Valverde (46) – Enfermero Psicólogo Prevencionista – Perú

Fuente Revista PW Magazine 13

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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