Miramos alrededor y muchos prevencionistas se limitan a manifestar que su mayor criba a la hora de desarrollar su trabajo es la falta de colaboración y la cooperación con el Comité de Seguridad y Salud, que lo ideal sería que se convirtiera en un grupo de trabajo para el estudio de las mejoras de las condiciones de trabajo, limitándose a estudiar situaciones de riesgo y a proponer medidas correctoras, pero permaneciendo lo más alejado posible de ser un ente reivindicativo en el sentido sindical, para evitar la generación de tensiones en su propio seno, que nada favorecerían los progresivos avances en este terreno, pero el árbol no les deja ver el bosque.

Por que si nos centramos en encontrar las causas para poder incorporar las oportunas medidas correctoras al SGP, se deben tener en mente las atribuciones o explicaciones causales que contribuyen a determinar las percepciones de cada trabajador respecto al peligro asociado a su puesto de trabajo, así como las actitudes y conductas de los supervisores y de la dirección hacia la seguridad, y esto pocos prevencionistas lo tienen en cuenta, de esta forma se conseguirá un impacto global en el desarrollo del clima de seguridad de la organización. Además, por otro lado, los técnicos y responsables de seguridad basan una parte de su trabajo en la información recogida entre las personas que han sido víctimas o testigos de accidentes.

José Luis Meliá, Jorge Javier Ricarte en (1999) publican en un artículo sobre la Productividad y seguridad en el trabajo, en el que efectúan un estudio experimental sobre el efecto de las instrucciones y del refuerzo en el tiempo y los errores en su ejecución, este trabajo presentan los resultados de un estudio experimental en el que se ha simulado una tarea industrial en condiciones controladas para evaluar el efecto de las instrucciones orientadas a la obtención de mayor productividad y del refuerzo positivo verbal orientado a obtener mayor seguridad, sobre la productividad y sobre el grado de seguridad de la conducta, medidos mediante dos indicadores concretos, manteniendo constantes los factores ambientales y controlada la habilidad de los sujetos. Los análisis de covarianza realizados mostraron un efecto significativo de las instrucciones sobre la productividad y un efecto significativo del refuerzo sobre la seguridad. Así una vez más podemos comprobar como veremos a continuación que cualquier aspecto que afecte al clima de seguridad tendrá efectos en la respuesta de seguridad de los compañeros de trabajo, y esta última, junto con el clima de seguridad y la respuesta de seguridad de los mandos, tendría efectos causales independientes en el riesgo real, y finalmente, el riesgo real tendría efectos causales en los accidentes.

Así el hecho de conocer las causas de los accidentes, ayuda a contribuir y a generar estrategias de intervención que alteren las cadenas causales, reduciendo o impidiendo el riesgo de tales accidentes. Smith y Beringer (1987) han señalado que los modelos generados pueden clasificarse en:

Modelos Secuenciales

Por el diseño y la descripción de los pasos que llevan al accidente implican, normalmente, un nivel de especificidad mayor que el simple hecho de identificar factores generales que afectan a la accidentalidad, en estos modelos tratan de describir la interacción hombre-máquina, que considerando componentes situacionales y de factor humano, conduce a los accidentes, existen diferentes modelos como los de McDonald (1972), Smillie y Ayoub (1976) y Kjellén (1984), y modelos de procesamiento cognitivo, como los de Hale y Hale (1970), Surry (1969), Rasmussen (1981), Leather (1987) y Hale y Glendon (1987). El de Ramsey (1987), por ejemplo, puede considerarse un modelo cognitivo y un ejemplo de los modelos secuenciales, sin embargo Ramsey (1987) trata de expresar que ocurre cuando una persona se enfrenta a una situación de riesgo mediante cuatro etapas: percepción del riesgo, cognición del riesgo, toma de decisiones para su evitación y capacidad de evitación, cada una de estas acciones actúa sobre la anterior.

Modelos Estructurales

Su misión es conseguir descubrir los factores implicados a través del análisis y por tanto, es el modelo más utilizado, que tratan de enfocar y seleccionar los factores ambientales y de tarea que dan lugar a esas secuencias de eventos, y en él podemos encontrar los modelos siguientes:

Modelo de secuencia de dominó

Heinrich (1931), Weaver (1971) y Adams (1976), este modelo entiende el accidente como fruto de una secuencia donde cada factor representado por una ficha influye en el accidente en sí, y cada ficha es desencadenada por otra anterior, estas fichas podrían ser las que Weaver (1971) señala, estructura de la dirección, los errores de operación que tienen lugar en el ámbito de la dirección y la supervisión, los errores tácticos, que se refieren a los actos y condiciones inseguras que se producen a nivel de los trabajadores debido a errores de operación, el accidente o incidente y la lesión o daño resultante. Y en el que sacando uno sola de las fichas (factores influyentes) conseguiríamos evitar el accidente.

Factores situacionales y de error humano

Petersen (1984) y Dejoy (1986,1990) tratan de mantener un equilibrio entre estos dos grupos de factores.

Petersen, su modelo considera aspectos de la persona, de la tarea y del ambiente de modo que el accidente es el resultado de una combinación de error humano y fallo del sistema.

Dejoy, propuso un modelo con orientación conductual enfocado al diagnóstico de la conducta de auto-protección. El modelo pretende considerar las:

• Estrategias de intervención (que cifra en tres grupos: estrategias directivas, de cambio organizacional y estrategias no directivas).

• Factores diagnósticos (también tres: factores de predisposición, factores facilitadores y factores reforzadores)

• Causas próximas (clasificadas en dos grupos: conductuales y no conductuales)

• Error humano (clasificados en tres categorías: la comunicación persona-máquina, el ambiente y la toma de decisiones; descomponiéndose a su vez en categorías menores que expresa dimensiones puntuales que deben considerarse como potencialmente inductoras de errores: la ingeniería, la auto-protección y la dirección organizacional.

Perspectiva sociológica

Dwyer y Raftery (1991), consideran las relaciones sociales en el foco central de explicación de los accidentes, reduciendo el papel de las variables individuales que han sido acentuadas por otros modelos como algunos de secuencias de dominó y de procesamiento cognitivo.

Modelo estructural de Hansen

Hansen (1989), trata de explicar los accidentes básicamente desde aspectos de la personalidad y características individuales. Este modelo renuncia a considerar tanto los aspectos sociales como los aspectos de condiciones inseguras que consideran prácticamente todos los modelos, sin embargo, este modelo tiene interés porque ha sido expresamente sometido a contraste empírico utilizando modelos causales.

Buena parte de estos modelos ha prestado atención a la acción de la empresa sobre la seguridad, generalmente atribuible a decisiones de la alta dirección. Este concepto ha sido recogido de diversos modos bajo la denominación de clima de seguridad.

Este modelo causal Goldberg Dar-el y Rubin (1991) considera variables relacionadas con el clima organizacional de seguridad (apoyo del supervisor, apoyo de la dirección y apoyo de los compañeros) y variables psicológicas (ansiedad, fatalismo), junto a un indicador de riesgo percibido. Sin embargo, este modelo no trata de explicar la accidentabilidad sino la disponibilidad a participar en programas de mejora de la seguridad.

Respuestas a incentivos para el comportamiento seguro

Las variables integradoras son tres y se relacionan de forma secuencial en el siguiente orden: Lugar de control, Intercambios líder-miembro y Soporte organizacional y estas tres afectan a la reacción a incentivos para el comportamiento seguro.

Entendemos por lugar de control la forma en la que entienden los operarios el incentivo a un acción. El Intercambio líder – miembro, nos indica que una buena relación entre los operarios y los supervisores genera que las reacciones a los programas de incentivo sean mejores.

Diferencias culturales y políticas de seguridad corporativas

Janssens, Brett y Smith (1995), investigan la variación entre las percepciones de la seguridad en empresas con política de seguridad corporativa y las diferencias culturales de sus empleados, concretamente las diferencia por causa de su nacionalidad.

Así el interés general de la dirección por sus empleados es una variable que afecta a la atención que la dirección otorga a la seguridad y ello conlleva a la prioridad que la dirección ofrece sobre la seguridad, y esta a su vez sobre el nivel percibido que los empleados tienen de la misma y esta en la productividad final, ya que unas malas condiciones de trabajo, programas apretados y distribuciones en planta inseguras, afectan al nivel de rendimiento.

Modelo Socio – técnico de comportamiento seguro

Brown, Willis y Prussia , se plantean el clásico dilema en la prevención de si las causas de los accidentes de trabajo se deben prioritariamente a los actos inseguros de los empleados, o a las influencias de los sistemas operativos y social. Existe una reacción en cadena de variables técnicas y sociales que operan a través de los empleados para influir sobre los comportamientos seguros.

Las variables consideradas en este modelo son las siguientes:

– Peligros para la seguridad: Manipulación de objetos pesados, productos Químicos, …).

– Clima de seguridad: Trata de mostrar las percepciones que los empleados tienen del papel de la seguridad en la organización.

– Presión: Refleja el dilema al que se ven sometidos los empleados entre cumplir con las normas de seguridad y alcanzar las cuotas de producción.

– Actitud displicente hacia el riesgo: Caracteriza a aquellos individuos que tienen una cierta propensión al riesgo.

– Eficacia en seguridad: Se trata de una variable de comportamiento organizacional, la auto-eficacia.

– Comportamiento laboral seguro: la variable de respuesta del modelo recoge las percepciones del trabajador sobre su comportamiento y el de sus compañeros.

Las tres primeras variables están relacionadas con el sistema, mientras que las siguientes son variables relacionadas con los individuos.

Las actuaciones sobre el sistema influyen significativamente, de forma indirecta sobre el comportamiento de los trabajadores; para mejorarlo deben actuar sobre estas variables y, adicionalmente, influenciar sobre las variables individuales.

Consenso empleado-directivo para la mejora continua de la seguridad

Fuller se preocupa por las relaciones causales en la seguridad de los trabajadores, cuando éstos desarrollan su trabajo en otras empresas , sobre las que la influencia de sus sistemas de gestión es limitada. Para resolver el problema, el autor propone un enfoque sobre la base del consenso empleado-directivo para identificar iniciativas de seguridad apropiadas tanto para el trabajador como para su entorno de trabajo.Considera tres variables relacionadas con la gestión de la seguridad (control de la dirección, estándares de seguridad y comportamiento frente al riesgo), una variable relacionada con el entorno y la variable criterio, estas variables representan los siguientes conceptos:

– Control de la dirección: Verificación de procedimientos, involucración de la gestión, etc.

– Estándares de seguridad: Programas de formación en seguridad e intervención post-accidentes.

– Comportamiento frente al riesgo: Incluye conceptos tales como riesgo asumible por los empleados, sistema de información de accidentes e incidentes y tiempo disponible para realizar la tarea con seguridad.

– Condiciones de trabajo: En función de las frecuencias de utilización de maquinaria en condiciones no óptimas y del porcentaje de entornos de trabajos inseguros en los que realizan su actividad.

– Interés de los empleados en seguridad: relacionado con la fatiga al realizar las operaciones, duración de la jornada laboral y requerimientos de los clientes.

Modelo causal psicosocial de los accidentes laborales

Meliá es uno de los precursores, a nivel internacional, del uso de la metodología que se ha expuesto en su aplicación a la prevención de riesgos laborales.

En la construcción de este modelo, se parte de la distinción de los modelos causales de los accidentes en dos grandes categorías: los modelos secuenciales y los modelos estructurales. El modelo causal psicosocial responde a un planteamiento integrador de los factores organizacionales y de naturaleza psicosocial.

Las variables que incluye son las siguientes:

– Clima de seguridad: Existente en la empresa e impulsado por la dirección de la organización.

– Riesgo basal: Refleja los riesgos inherentes y específicos a una determinada industria o tipo de tarea.

– Respuesta de los superiores.

– Respuesta de los compañeros

– Conducta hacia la seguridad del trabajador.

– Riesgo real: mide la probabilidad de ser víctima de un accidente de trabajo.

– Accidentalidad: Criterio indicador de la existencia de un accidente.

Este modelo que se presenta opera genuinamente en un nivel psicosocial de explicación poniendo el énfasis en el modo en que la configuración social del modo de entender y actuar sobre la seguridad de la empresa, los directivos y los mandos, afecta al grado de seguridad del comportamiento organizacional de los trabajadores.

Por eso, las variables principales del modelo son el clima de seguridad de la empresa, la respuesta de los superiores y la respuesta de los compañeros, que se entiende afectan a la conducta de seguridad del trabajador.

La conducta de seguridad del trabajador se ve, parcialmente, como la resultante de un proceso de influencia social. Pero el grado de seguridad de la conducta organizacional del trabajador no puede considerarse sin más el antecedente inmediato de la accidentabilidad. Se considera que el grado de seguridad de la conducta organizacional contribuye a determinar el nivel de riesgo real que hay presente en una actividad laboral.

Ese riesgo real está determinado, además, por el riesgo basal que caracteriza al tipo de actividad de un modo inherente y específico. El riesgo real se considera, a su vez, el antecedente más inmediato de la accidentabilidad.

 

Fig. 4 Modelo explicativo de la accidentabilidad en el trabajo (Melia,1998)

Esta doble fuente del riesgo real, por un lado las conductas y por otro las condiciones, refleja de otro modo la distinción clásica en la clasificación de las causas de los accidentes entre conductas inseguras y condiciones inseguras.

El riesgo real

Pretende reflejar precisamente la cristalización de una combinación de conductas y condiciones que representan determinada probabilidad de accidentes

Riesgo basal

Se refiere al nivel original de riesgo debido a las características básicas de la actividad, con independencia de las acciones introducidas por los mandos intermedios, los supervisores y los trabajadores para modificarlo. Esta distinción es compleja y no es fácil de reflejar operativamente. Por una parte, las condiciones de la actividad tales como el tipo de industria, el desarrollo tecnológico, las condiciones económicas de la empresa que delimitan las elecciones tecnológicas posibles, y las decisiones y la política de la empresa que optan por determinadas tecnologías y métodos de trabajo dentro de esas posibilidades, delimitan un ambiente de trabajo o marco basal para los trabajadores y para los directivos. Ese marco de trabajo aparece como una situación de hecho para los directivos, para los supervisores y para los trabajadores que, ordinariamente, no pueden modificar. El riesgo basal se refiere al riesgo inherente a la actividad en ese marco, dadas esas condiciones fruto del estado de la tecnología y de las decisiones estratégicas previas de la propiedad de la empresa o de la alta dirección.

Por otra parte, ese marco es permeable a las conductas concretas de las personas, de los trabajadores y sobre todo de los directivos, de modo que el riesgo real en un momento dado es fruto de como las personas han actuado sobre ese marco para determinar un conjunto de condiciones de trabajo, físicas y organizativas, más o menos seguras, y del grado de seguridad de la conducta organizacional concreta. Dentro de los límites del marco basal, las conductas de las personas modifican las condiciones físicas y organizativas haciéndolas más seguras o más inseguras; y, a su vez, esas condiciones físicas y organizativas condicionan el grado de seguridad de la conducta.

En los árboles de causas de los accidentes, si se analiza lo suficiente, se encuentran las razones de conducta insegura que han producido las condiciones inseguras; y al revés, si se analiza lo suficiente, también se encuentran las condiciones inseguras que han permitido, elicitado o soportado las conductas inseguras. De ese modo conducta y condiciones inseguras se entrelazan de modo estrecho.

El modelo hipotetizado se presenta en la figura 4. En este modelo se espera que el clima de seguridad, que representa el ambiente social de seguridad generado por la dirección de la empresa, afecte con signo positivo a la respuesta de los superiores, la de los compañeros y la del trabajador hacia la seguridad. Esencialmente el modelo sostiene que la respuesta de seguridad de los mandos, de los compañeros y del trabajador focal estudiado dependen básicamente del clima de seguridad. Es decir, del marco global de acciones hacia la seguridad generado por la alta dirección.

Un mejor clima de seguridad es el punto de partida para afectar positivamente la conducta de los directivos y supervisores y, en general, de toda la empresa. En ese sentido el modelo es consistente con la atribución al empresario, y a la alta dirección como representación suya, del nivel de seguridad de las empresas.

Estas variables psicosociales afectadas por el clima presentan en el modelo una cadena de relaciones de signo positivo: Una respuesta más segura de los superiores induciría una respuesta más segura de los compañeros y está a su vez una conducta más segura del trabajador focal. La conducta del trabajador también se considera directamente afectada por la conducta de sus superiores. Esta cadena de relaciones entre las respuestas de seguridad de supervisores, compañeros y trabajador, afecta finalmente con signo negativo, vía la conducta de seguridad del trabajador, al riesgo real.

Es decir, cuanto más segura sea la respuesta de mandos, compañeros y trabajador focal menor será el riesgo real.

El riesgo real, considerado el antecedente último de los accidentes, aparece como el resultante del riesgo basal inherente a la actividad y al puesto (más riesgo basal supone más riesgo real), (una conducta más segura implicaría menos riesgo real).

De este modo, el binomio condiciones físicas y comportamientos aparece representado en el modelo como fuente inmediata de la probabilidad de tener accidentes en unas circunstancias dadas, representada por el riesgo real.

Se espera que un mayor riesgo real suponga una mayor accidentabilidad; sin embargo, dada la naturaleza azarosa de la presentación de los accidentes en unas condiciones de riesgo dadas, este efecto difícilmente puede ser fuerte. Una mayor probabilidad de accidentes en un ambiente determinado no necesariamente se concreta en más accidentes en cierto periodo.

Por el contrario, razones incontroladas pueden llevar a que se materialice en accidentes un riesgo teóricamente menor. Por ejemplo, una conducta concreta y determinada, puntual y no representativa, de trabajadores o supervisores puede llevar a materializar un accidente con cierta independencia del nivel de riesgo real.

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David C. Berruezo Varela – Técnico Superior PRL. Especialidades de Psicosociologia – Ergonomía y Seguridad

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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